Una temporada para el olvido es la que está por terminar para Liga de Quito. Los albos invirtieron 16 millones de dólares este año con el objetivo de pelear por el título de la LigaPro, que les fue esquivo en las finales de 2019 y 2020, y conseguir la clasificación a la Copa Libertadores.

Ninguna de estas metas se lograron en el cuadro albo, que como premio consuelo consiguió un cupo a la Sudamericana, al ubicarse en el sexto lugar de la tabla acumulada.

La temporada también marcó el fin de ciclo del técnico uruguayo Pablo Repetto, quien estuvo en el banquillo blanco durante cuatro años, en los que alcanzó tres títulos.

En su lugar llegó el argentino Pablo Marini, que tuvo un buen inicio en la Sudamericana, eliminando a Gremio, pero cayendo en cuartos de final ante Atlético Paranaense.

El despertar de los albos y la apuesta del entrenador por varios jugadores de la cantera se fue terminando poco a poco. Esto se refleja en una racha negativa de cinco partidos sin victorias (tres derrotas y dos empates), que dejaron a Liga fuera de la pelea por la final.

CON MENOS BILLETE

El no clasificar a Libertadores es un duro golpe a la economía de los universitarios, que se reflejará en la reestructuración del equipo de Marini para el siguiente año.

Esteban Paz, principal directivo de los albos, dio a conocer que para el 2022 reducirán el presupuesto en más del 35% y que “ya se habló con los jugadores al respecto, los que no quieran estar pueden irse”.

Entre los futbolistas que no continuarían están el paraguayo Luis Amarilla, por el alto valor de sus derechos deportivos; los argentinos Lucas Villarruel y Juan Cruz Kaprof, y los nacionales Moisés Corozo, Luis Ayala y Pedro Pablo Perlaza por decisión técnica y al no aceptar la reducción de sus sueldos.

Sobre la mala campaña de la U, Paz afirmó que “el responsable máximo del equipo soy yo. Soy quien acepta contratar a un nuevo jugador, contratos y demás. Nos disculpamos con la hinchada por este año irregular”.