Con gafas y luciendo orgulloso la medalla de campeón de la LigaPro, Daniel de la Cruz festejaba tras hacer realidad un sueño que tenía desde niño. El lateral derecho, de 20 años, hijo del histórico Ulises de la Cruz, aprovechó su oportunidad y en las finales demostró que tiene condiciones para seguir el legado de su padre, que ganó tres títulos locales y tres internacionales como parte del cuadro azucena.

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El joven futbolista resaltó que es una motivación que comparen su juego con el de su papá, pero dejó claro que quiere escribir su propia historia. “Estoy desde los 9 años en Liga, creciendo paso a paso y aprovechando las oportunidades que se me han presentado”, dijo a EXTRA.

Contó que antes de los partidos se pone nervioso, pero que jugadores de experiencia como Ricardo Adé, Richard Mina y Leonel Quiñónez, con quienes comparte la defensa, se acercan a él para aconsejarlo y transmitirle la confianza que se necesita para disfrutar en la cancha.

“Es una gran responsabilidad reemplazar a un gran jugador como el Choclo Quintero, quien siempre me guía. Trabajo siempre con humildad para dar lo mejor por Liga”, aseguró el lateral. Agregó que a todo esto se le suman los mensajes de sus familiares que lo motivan a dar su máximo en los juegos.

Durante la celebración del título se mostró agradecido para sus seres queridos, pero en especial para Elizabeth, su madre. “Ella es mi héroe, se lo debo todo lo que soy. Me compró mis primeros zapatos de fútbol. Este primer éxito en mi carrera se lo dedico a mis padres, familiares y todos quienes me han apoyado”, mencionó.

Pasó de las gradas a la cancha con Liga de Quito

Daniel anhelaba desde pequeño ser parte del equipo principal de los universitarios y esta temporada se le cumplió este anhelo al jugar en 10 encuentros de la segunda etapa y las dos finales de la LigaPro.

“Cuando era niño e iba al estadio, soñaba con estar en la cancha defendiendo la camiseta de Liga. Ahora lo pude cumplir, me siento orgulloso por tener mi propia estrella y por el apoyo de mis compañeros, la unidad del grupo es una de las claves del éxito”, señaló.

Recuerda con mucho cariño a entrenadores que le ayudaron en su formación como Juan Elio Guamán, quien fue tricampeón con los albos; Miguel Bravo, quien le dirigió en la Tricolor sub-20; y a Luis Zubeldía y Pablo Sánchez, quienes confiaron en De la Cruz para que llegue al equipo principal y logre tener continuidad.

La siguiente meta de Daniel es consolidarse en 2025 en el equipo titular de los azucenas y que sus actuaciones, en especial en una gran vitrina como la Copa Libertadores, le abran la puerta para jugar en el exterior, tal como lo hizo su padre en clubes de Brasil, Escocia e Inglaterra.

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