Nunca antes una tenista número 73 del mundo, con apenas 18 años, fue capaz de llegar a la final de un Grand Slam tras eliminar a tres top 10 y a dos campeonas como lo hizo Leylah Fernández, quien a pesar de perder el partido por el título del US Open, se fue como la campeona moral indiscutible.

Fernández, de padre ecuatoriano y madre filipino canadiense, no pudo superar a Emma Raducanu, de 18 años, quien con un recorrido mucho más fácil y sin haber perdido ningún set (todos los partidos los ganó en dos sets), llegó con más reserva física.

A pesar de la derrota, en la entrega de los trofeos, los más de 23.000 aficionados puestos en el central Arthur Ashe Stadium se pararon y le dedicaron una ovación.

“Ha sido algo increíble el recorrido que he tenido en el torneo, que a pesar de la derrota, que creo que se dio porque cometí errores no forzados en los momentos decisivos, me voy mucho más convencida de todo lo mucho que puedo mejorar de cara al futuro. Entristece perder la final, pero a la vez sé que he crecido en todos los aspectos”, dijo Fernández.