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Nico Lapentti y David Nalbaldián disfrutaron durante el encuentro en el que demostraron que todavía mantienen la calidad.MIGUEL CANALES / EXTRA

Lapentti y Nalbaldián tienen la 'magia' intacta

El tenista tricolor se impuso al argentino por parciales de 6-4 y 7-5 en una exhibición que tuvo hasta a futbolistas de Barcelona en la cancha.

Al buen bailador el compás le queda. Ese refrán parece adaptarse a dos de los tenistas sudamericanos, ya retirados, más relevantes de esta parte del globo: el ecuatoriano Nicolás Lapentti y el argentino David Nalbandián, quienes demostraron la noche del viernes 3 de julio que el tenis es y seguirá siendo su gran amor.

El guayaquileño, de 45 años, y el cordobés, de 40, jugaron un partido de exhibición en la cancha central de la emblemática sede del Guayaquil Tenis Club, que lució cerca de su capacidad máxima, y que al final terminó ganando el tricolor por parciales de 6-4 y 7-5.

Más allá del resultado, el tenis demostrado por ambos dejó buenas sensaciones a los asistentes. Por más de dos horas, Nalbandián, quien fuera # 3 del mundo en 2006, y Lapentti, # 6 en 2000, hicieron un despliegue de buenas jugadas, voleas, saques y puntos, celebrados incluso con camaradería entre ellos mismos, ante el aplauso masivo del público que no dejó de celebrar el encuentro.

LA SORPRESA

Los extenistas demostraron que también les gusta el fútbol.MIGUEL CANALES / EXTRA

La velada comenzó cerca de las 20:30. Pese a que la dupla sudamericana era el atractivo central, la presencia de los futbolistas Lucas Sosa y Bruno Piñatares, de Barcelona; así como del portero del Guayaquil City, José Gabriel Cevallos, llamó la atención.

Minutos más tarde, los dos primeros fueron anunciados como rivales de David y Nico para un partido de fútbol-tenis.

El primer compromiso fue con una pelota de tenis, donde los especialistas terminaron ganando 5-4, ya en el segundo la pelota de fútbol fue la estrella y la victoria fue para Sosa y Piñatares 5-1. Duelo empatado.

Fue la previa para un plato fuerte con tenis de calidad. El primer set fue de menos a más. Lapentti empezó luciéndose con varios saques y puntos vistosos, mientras que Nalbandián tardó en entrar en “calor”, hasta que le tomó el pulso con aplausos desde los graderíos.

UN FIEL HINCHA

Pese a que el guayaquileño contaba con barra propia, el tenista visitante tuvo un hincha incondicional de 8 años que no dejó de corear su nombre y alentarlo punto a punto: el pequeño Adrián Becerra.

Tal fue la efusividad del infante que la barra local llegó a acompañarlo en varios pasajes del partido por su simpatía.

Ya en el segundo, los jugadores se arriesgaron a más, a ratos no parecía amistoso por las buenas jugadas. Ambos corrían a la net, jugaban sobre la línea de fondo y dieron un espectáculo. De “extenistas” nada, aunque los delató unas cuantas libras de más.