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Narcisa España (blusa amarilla) festejando con sus familiares y vecinos en la isla Trinitaria la medalla de Kiara.JUAN FAUSTOS SANDOVAL

Kiara Rodríguez alcanzó la gloria deportiva gracias al apoyo de su madre

Narcisa España luchó para sacarla adelante  a la ahora medallista de los Juegos Paralímpicos. Conoce su historia

Narcisa España es la madre de Kiara Rodríguez, ella es la ecuatoriana más orgullosa de tener una hija con medalla paralímpica. Su casa está llena de trofeos y recuerdos. Pero la felicidad que hoy disfruta se corta con una sola pregunta: ¿Cómo era de pequeña? Es una interrogante para dañar la noche de fiesta en la cooperativa Antonio Neumane en la isla Trinitaria.

El brillo de la risa se le pasa a sus ojitos, las lágrimas se contienen y nos sentimos culpables de preguntar ¿cómo era Kiara?

Kiara Rodríguez le dio a Ecuador una medalla de bronce en los Juegos Paralímpicos.JUAN FAUSTOS SANDOVAL

Su mente se traslada cuando era una niña, y Narcisa, una madre soltera, debía buscárselas como sea para llevar el pan de cada día. Su papá la apoyó con lo que pudo hasta los 10 años.

Trabajó por mucho tiempo en una empacadora de camarón, luego cuidando y limpiando casas, y a Kiara tenía que dejarla con las amigas para que la cuiden, ¡sí!, las mismas vecinas, Alba Quintero, Kathia Ángulo, entre otras, que ahora están celebrando y se sienten orgullosas de lo que hizo la atleta en los Juegos de Tokio 2020.

“Ella es mi vida, desde los 11 años entrena, no saben cómo ama el deporte. Es una guerrera, siempre ha querido defender al Ecuador, quiere lo mejor no solo para ella, sino para los deportistas que tienen discapacidades”, nos dice Narcisa, quien también es madre de Abris.

A la mamita al hablar de Kiara, el pecho se le infla, sabe todo lo que ha entrenado, dice que para la atleta su deporte es lo número uno en su vida, pero que Kiara lo que más sueña es que se le dé el apoyo a todas las deportistas que son como ella.

Al mirar las medallas, sus ojos brillan más, están los recuerdos de Dubái, de Lima y dice que tiene que sacar espacio para los que vienen de Tokio.

Dice que los años de sacrificio trabajando para sus hijos, ahora los ve recompensados con felicidad.

"ALÓ NEGRITA"

Antes de la premiación en Tokio, el celular de Narcisa sonó, es la videollamada más esperada, su hija, la medallista, está en línea. “Te amo, te amo, te amo, eres mi negrita bella”, le dice, esa frase hace que Kiara se ponga a llorar de alegría, le muestra cómo está la cuadra llena de amigos, vecinos y familiares; Kiara trata de secarse las lágrimas.

“Verla por televisión es una locura, disfrutar con la familia y los vecinos ha sido una bendición de Dios y le doy las gracias a Él”, dice Narcisa.

En la videollamada, la madre nos la pasa unos minutos y, desde Tokio, Kiara le dice a EXTRA: “Esto es para todo el país, para mi madre, para todos los deportistas que sueñan. Gracias a Dios se pudo lograr la medalla, pero el trabajo para París ha comenzado”.

Narcisa ahora explota de felicidad y nos confiesa el gran pedido que le hizo su hija: “La otra semana viene y dice que le tenga un pescado gigante con ensalada y patacones, pero me dijo que sea gigante, que tiene muchas ganas de comérselo”.

A la madre de Kiara la felicidad no le entra en el pecho, se lo merece, el sacrificio de una madre soltera se transformó en orgullo con medalla.

Cuando era pequeña la mamita le pedía a las vecinas que cuiden a la ahora atleta, para poder irse a trabajar para llevar el pan de cada día.