Tras el histórico triunfo de Ecuador sobre Catar, en la inauguración del Mundial, el domingo 20 de noviembre, los guerreros tricolores pasaron por la zona mixta del estadio Al Bayt.

En un inmenso pasillo los comunicadores esperan divididos por grupos: los canales que compraron los derechos de televisión, las radios y al final los medios impresos. A este último punto, los futbolistas llegan casi una media hora después de iniciar su camino y por poco el bus los deja.

Kevin Rodríguez aparece en escena. Su cara lo dice todo, es el chico más feliz de la Copa del Mundo. Juega en el Imbabura de la serie B, tiene 22 años y es una de las sorpresas de la Tri en Catar. Y pensar que hasta hace unos meses tenía previsto estar de vacaciones en su natal Ibarra y no debutando en el Mundial.

El ariete recordó cuando siguió por televisión el Mundial Brasil 2014 y celebró los goles de Enner Valencia. Ahora comparte filas con el histórico goleador al que abrazó al final del primer tiempo.

Rodríguez, emocionado, atiende con amabilidad a los periodistas. Nunca en su vida ha dado tantas entrevistas y cuando reconoció a EXTRA enseguida se acercó.

¿Qué tal los nervios?

Creo que mi familia estaba más nerviosa que yo. Ellos no han dormido esperando el momento de poder verme. Al inicio de la convocatoria estaba un poco tenso, pero ahora es mi familia la que se encuentra ansiosa, porque sabe todo lo que se puede venir. El solo hecho de estar en el Mundial los tenía felices y ahora que jugué no me los quiero imaginar.

Kevin como si nada jugando en el Mundial y la familia con los nervios de punta...

Sí, están emocionados y les impactó más que esté en la selección. Lo bueno es que están felices y no se esperaban que ingresara a la cancha. El teléfono seguro que va a explotar, pero esto se termina en pocas horas, ahora hay que pensar en el segundo partido.

De rodillas dando gracias, como lo hizo Kaká en el 2002.

La gloria es para Dios, porque hizo posible que esté aquí. Para todo hay un propósito y Dios tenía esto para mí, no me lo imaginaba.

¿Hace unos meses dónde te veías siguiendo el Mundial?

Sabía que iba a estar sin trabajo, de vacaciones, porque la serie B se terminaba antes del Mundial, pero aquí estoy y me siento bendecido.

¿Esto lo soñaste?

Sí, pero en realidad fue mejor, no tengo palabras. Al momento de entrar a la cancha, en un tremendo estadio, sabía que todo el mundo me estaba viendo. Fue una sensación indescriptible. Estaba en serie B y ahora en un Mundial. Y a esto le sumamos que ganamos, que hicimos historia. ¡No se puede pedir más!

De la B al Mundial 

Primero soñaba con estar en la serie A, quería que un equipo me contratara. Ahora estar en la selección es un honor, es algo maravilloso. Este era mi momento, así trabaja Dios.

¿Qué pasó cuando te convocaron?

Voy a confesar algo, el día que me llamaron no pude dormir. Se me venían tantas cosas a la cabeza, pensaba que solo era para el microciclo. Soñaba con ir al Mundial y ahora que estoy en Catar es increíble.

¿Y el grupo qué te dijo?

Me recibió mejor de lo que esperaba, somos una familia. Hay unión, trabajo, y eso me ayuda mucho a sentirme mejor. Es un grupo humilde.

De gritar los goles de Enner Valencia en casa ahora a festejar junto a él en la cancha.

En el 2014 estaba con la ilusión de ser futbolista y no sabía lo que se venía. Ahora estoy feliz de compartir con él en la selección.

Ahora a celebrar un San Viernes ante Países Bajos.

Ya estamos pensando en el otro encuentro, ahora hay que hacer lo que diga el mister (entrenador).

De los Países Bajos, ¿qué te ha dicho Gustavo Alfaro?

Nos llena de confianza y tiene una fe tremenda. Nos dice que es un gran equipo y que podemos ganarles.

¿Vamos a quedarnos de largo en Catar?

Hay que ir por Países Bajos, el festejo fue un momento y ya pasó, ahora a trabajar para el segundo partido.