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Jefferson Montero recuerda el Mundial 2014: “Un amigo soñó el gol”
Aquel día del 2013 se quedó despierto hasta las 04:00. Han pasado nueve años y la Turbina lo recuerda todo. Su mejor pana le ‘profetizó’ todo.
La noche del 10 de octubre de 2013 fue una de las más largas que he tenido en mi vida. La última vez que vi el reloj eran ya las 04:00 del día 11 de octubre, horas después jugábamos ante Uruguay.
La mayoría del tiempo lo habíamos pasado con Antonio Valencia, Segundo Castillo y el Patrón Guagua. Al final, con Toño nos quedamos imaginando cómo sería el partido. Y recuerdo que hablamos que íbamos a tener al frente a Cavani y Suárez. Tenía 23 años y a pesar de que ya llevaba varios años jugando en el extranjero, uno veía a ese par de charrúas como unos grandes.
La verdad es que era una especie de ansiedad, nervios, pero creo que era más tratar de analizar lo que se venía.
El reloj no movía la hora rápido. Mientras parábamos la conversación, recordaba que cuando era un ‘pelado’, soñaba con cantar el Himno Nacional en el estadio Atahualpa. Era una ilusión, pero nunca lo comenté en esa época de mi infancia porque tenía miedo de que mis amigos en mi Carolina 2 (Los Ríos) se me burlen.
Pero aquella noche y madrugada estaba cerca de ir a mi primer Mundial. Lo soñaba tanto y recordaba las caminatas que hacía desde mi sector para tomar el bus e ir a entrenar a Babahoyo. Recordaba todo, pero soñaba despierto en cómo sería un Mundial.
La llamada premonitoria
Hugo Ocaña, mi amigo de toda la vida, me mandó un mensaje a la madrugada, y fue algo mágico. Claro que esa noche yo le dije que se vaya a dormir, porque le tocaba viajar a Quito desde Babahoyo.
A Hugo le decimos de apodo Atracador. El mensaje de él era para cambiarme la vida, y me dijo: “Turbina, soñé que tú hacías el gol y nos íbamos al Mundial. Pilas, es pase de Toño, tómalo en serio, con tu gol nos vamos al Mundial”. En vez de darle las gracias lo mandé a que siga durmiendo. Yo lo quería tener en las gradas.
Me quedé pensando en aquel gol y con eso me dormí. Creo que eran las cuatro de la mañana.
ASÍ PASÓ
No le comenté a nadie del sueño de mi amigo, pero en el partido todo comenzó a darse. El resto fue como una película. Al minuto 30, Antonio se lleva la pelota y luego hago el gol. No lo podía creer, el sueño que me había contado Ocaña era realidad. De verdad, fue así como se dio.
Luego la salida por Renato Ibarra fue una cosa de locos, el estadio era una fiesta, estábamos en Brasil 2014. Los recuerdos se me venían, la infancia aparecía en mi mente, llorábamos de alegría, era una locura.
Han pasado nueve años, pero mi mente tiene presente el recuerdo. Tenía apenas 23 años, era mucha adrenalina.
CON TODO
Ahora estos chicos están en el camino correcto, van en busca de un Mundial. Conozco esa adrenalina, mezclada con sentimiento. ¡Vamos, muchachos, claro que se puede, tienen calidad para hacerlo! No sé si en Perú está la clasificación, pero la tenemos en un 90 %. O puede que ya estemos clasificados, dependiendo de otros resultados.
Ante Perú, chicos, hagan lo mismo que han hecho hasta ahora: darlo todo en la cancha. No hay nada mejor que sudar la camiseta de Ecuador. Esa que yo soñé vestir un día y al final cumplí mi anhelo.
Vayan con fe, que tienen un país detrás del televisor apoyándolos. Sé que sus sueños son los mismos que los míos. Vamos por ese Mundial, vamos con fe, que han demostrado que tienen calidad.