La plena... hace rato que el mundo farandulero deportivo ecuatoriano no estaba en nada. Se habían perdido los ‘valores’ que hacen que nuestro balompié sea único en discusiones y peleas.

Pero el mundo del ‘correveidile’ está de vuelta. Todo comenzó cuando Independiente del Valle empató 0-0 con el Guayaquil City. Ahí se incendió todo.

Renato Paiva, entrenador de los rayados, se enojó, dijo de todo y se fue caliente.

“He llevado una tarjeta amarilla por decir una verdad. Se cayeron 8 veces en la primera etapa y dieron 4 minutos, este partido era para dar 15 minutos. La Federación de Ecuador no merece tener a ciertas personas en el fútbol. Y, por último, los árbitros tienen la responsabilidad de esto”, cuestionó.

“La preocupación del árbitro es ver si estoy dos metros del área técnica. Además, si un equipo quiere jugar es penalizado por esto. En el primer tiempo había un equipo que no quería jugar, pero le dieron 4 minutos”, expresó el DT portugués.

Refirió que tenemos una selección en Catar por un trabajo fantástico de la FEF y de jugadores que juegan fuera de Ecuador “y si el DT quiere poner 10 jugadores en el área (Guayaquil City) está en su derecho y me callo”.

Luego vino la parte más fuerte: “Cuando entramos en esta figura ridícula que se hace, personas pagando por una entrada para ver esto (quema de tiempo) y cuando vale todo para llevarse un punto, es una vergüenza”. Luego se levantó de su silla y se fue. Así de simple. Así de cortante.

MENDOZA: “NO SE CONFUNDA SEÑOR PAIVA”

Iván Mendoza, el presidente del Guayaquil City, después de la descarga de Paiva, también se mandó la suya. Ojo, comenzó con respeto y hasta de entrada lo trató bien al decirle: “Estimado señor Paiva, trate de calmarse, ya que no siempre se gana. Para la próxima veo cómo hago y haré que usted dirija a los 2 equipos y esté tranquilo. Nos ponen el horario que quieren (pedido de su dirigencia si es que no sabía) y ahora pretende controlar”.

Sobre el accionar del equipo, Mendoza pidió respeto por su entrenador Pool Gavilánez: “Y ahora quiere controlar cómo juguemos y a la velocidad que debemos hacerlo. Tenga un poco de respeto por sus colegas y sus rivales. Usted dirige una digna institución con grandísimos dirigentes. Pero eso sí, también presido una respetable institución y le pido que se ubique y mida sus palabras”.

Y una que otra palabra fuerte también se mandó: “En Guayaquil City somos buenas personas, nos llevamos bien con todos. Pero no se confunda, tampoco somos pendejos. Mucha suerte en su trabajo, a su club y a sus jugadores”.