Cuando el Independiente del Valle se estrenó en la Serie A, en 2010, una pancarta con el lema ‘El futuro campeón del Ecuador’ resaltaba en el estadio de Sangolquí, donde jugaba como local.

Este objetivo estaba firme en la dirigencia de los rayados que con Michel Deller a la cabeza asumieron las riendas del club que disputaba torneos barriales y cambiaron su historia. El apostar por las canteras hizo que el proyecto cobre fuerza con el paso de los torneos. Su primer pico llegó en 2016, cuando disputaron el título de la Copa Libertadores.

El uruguayo Pablo Repetto comandó ese equipo que se llevó la etiqueta de ‘matagigantes’ al dejar en el camino a poderosos como los argentinos River Plate y Boca Juniors.

“En el equipo titular teníamos a siete jugadores formados en el club, una muestra del buen trabajo que se realiza. Varios futbolistas de ese plantel después fueron transferidos al exterior”, resaltó el técnico charrúa.

El 2019 llegó el clímax con la corona de la Copa Sudamericana y al siguiente año el de la Libertadores sub-20.

Además, el Independiente nutre a las diversas selecciones y cuenta con su propio estadio. Ahora solo le queda conseguir la estrella local, el anhelo inicial y que está a dos pasos de hacerse realidad.