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Independiente del Valle puso los goles y Barcelona la hinchada y tristeza
Que cuando juega el Barcelona el aire huele a caramelo. Eso dicen y hasta cantan: cierto ha sido,
para qué. Así se lo vivió desde las gradas.
Fuerte caminata contigo. Para llegar al estadio de Independiente del Valle, me sumo a la romería de los hinchas: veinte minutos de, como ordena Héctor Lavoe, camina pa´lante y no mires para atrás. En el trayecto, una escena advierte que se viene una película romántica, trepidante, épica.
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Colgadas con pinzas, como en los tendederos de antaño, el viento agita todas las camisetas todas: el ajuar completo del Barcelona y contadas del Independiente. Ahí, un ‘peladito’ convence a su padre de que le compre la divisa torera.
Es una balada: el taita se rebusca el bolsillo, regatea, caras y gestos. El vendedor, dicharachero y jodón, le anima. Juega de brujo: hágale papá, que hoy ganamos 2-0, lanza el pronóstico. Y que, solo por eso, se la deja en cuatro dolaritos; último precio por semejante prenda, mejor que la aniñada original.
Feliz como una lombriz, como tocado por una luz, el niño recibe la blusa como si fuera un milagro; loco de contento, abraza a su padre. Los dos aprietan el paso. Que cuando juega el Barcelona el aire huele a caramelo. Eso dicen y hasta cantan: cierto ha sido, para qué.
Al grito de viva el colesterol, debuto con tarrina de hornado made in Sangolquí. Ya sentado en mi silla, otra sonrisa de puerco hornado: estoy a un metro de la cancha. Para celebrar, me dopo con una primera dosis de helados secos.
Volea del 'Kitu' Díaz
Minuto 17, mala salida de IDV. Janner Corozo larga un centro perfecto. La barra amarilla en atronador bullicio. Son segundos memorables: el breve viaje del balón, que desciende a metros de la diestra del Kitu. Internado en el área grande, el 10, antes de que la redonda toque césped, desarraja un derechazo de espanto.
Miré el rostro del crack: eso de los dientes apretados, también ha sido cierto. ¡Boom! Ni qué disparo del viejo Klint Eastwood, el fierrazo estalló limpio.
Pero el Kitu descubre a su rudo ‘contreras’ y antagonista: con sus dos y pico metros de alto el golero Villar reacciona en par segundos y saca su diestra para desviar la pelota al córner. La barra torera resopla: ahoga, se traga el grito de gol. Aliviados, los de Independiente corean el nombre del gigante: 25 años, importado del Barracas Central y con pasado en el Olimpo, faltaba más. Una secuencia de imágenes memorable. ¡Los cracks están haciendo cine!
DT López: La gloria o la vida
El fútbol en cancha de IDV se mira, se oye, se siente, se suda. Escenario magnífico para lanzar el sombrero al libreto de un DT que, desde el pitazo inicial, saltó a buscar la gloria o a morir de pie. Nada que veamos qué dicen los rivales: párate tieso, vine por lo mío.
Los porteños sorprendieron de entrada con un equipo atrevido y trepado en el campo rival, unos diez metros. Tenencia de pelota con criterio, vértigo incluso; en gran parte del juego, con un primer tiempo modelo a seguir.
Sí: a los 10 minutos, cabeceando a la paraguaya, Zárate puso el primero de Independiente. Pero si a los 19 el VAR no anula el perfecto tiro libre del Kitu, la partitura de las dos orquestas cambiaba; de pe a pa.
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Igual, a los 33: Kitu, Solano, Polaco y el merecido empate. El amarillo, acelerado y agrandado, fascinó a todos; menos al independentista DT Gandolfi: procesó el alcance porteño, lidió a los alevosos rivales, bajó el perfil a su equipo y, sin esconderse, esperó en su cancha. Repliegan, leen al rival, corren variantes. Y van por él: al caer el primer tiempo, López con el segundo y Bolaños cerrando el partido. ¡Chao, pescao!
Kendry junto a Sornoza
Se habla de la eficacia letal del talento y exuberante técnica de Kendry Páez. Pero cuando se junta con Sornoza, es un trueno. Junior guapeando: un córner, dos jugadas brillantes, tres goles.
Y Kendry, que heredó la camiseta del icónico capitán Pellerano, alegra el fútbol: en una, casi de fuera del estadio, le enviaron un misil, que lo bajó sin despeinarse. La grada permaneció absorta y le tomó segundos procesar: Kendry es un genio, otra verdad del partido.
Conspiración y acelere
El partido se le va vivo al torero. En su zona de calentamiento los suplentes conspiran. Franco, Preciado, Reasco, Oyola, Perlaza; entre ellos, viven tensos instantes y calientan coreográficas rutinas. El rostro del Loco Cortez da miedo. La fragilidad de Oyola sorprende.
Si el Kitu tiene parada de vendedor de biblias, este veinteañero es su ayudante: 1.58 metros de alto, con 123 libras de peso. Con solo días en semejante barco, luce ansioso; pero entra al cambio y, con explosión y talante, sale recontra bien librado.
Mirar cómo calientan los cracks: hay drama en la película. Pedro Perlaza es el señor tensión, le han saltado las venas de la frente, un diablo en botella loco por entrar al campo. El partido tuvo sus paradas de boquilleo y pecheo. En una, Pedrito, dirigiéndose al cuarto árbitro, le gritó que, mejor, se caiga con una felación; tan en moda por el drama que, cruzando el charco, por una de esas paga cana el brasileño Dani Alvez.
El regreso del jibarito
Una noche que enlateció el fútbol. IDV, suficiente y letal. BSC en busca de un nuevo momento. Fue por la gloria, cayó en el intento: no se arrodilló un segundo. Queda claro: los del astillero meterán candela.
Vuelta a casa, meta caminata. Dale. Por ahí un joven papá va cargando al primogénito. Derrotado por el sueño, ahí va, abrigado en el pecho del taita. A esas horas, mejor tarareo a Daniel Santos cantando que alegre el jibarito va, cantando así, diciendo así. Otra vez será. Con el Barce que vimos ante IDV, esa otra vez, también viene caminando.
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