Luego de 25 años el maleficio de Casa Blanca se rompió. Barcelona venció ayer 1-0 a Liga de Quito, en la sexta fecha de la LigaPro, en una cancha donde nunca antes lo había podido hacer, en los 90 minutos.

Si bien en 2020 el Ídolo dio la vuelta olímpica en dicho escenario, tras vencer a la U, en penales, en la final del torneo nacional, para muchos este logro no rompía el invicto que los azucenas mantenían en su cancha sobre los amarillos.

Pero ayer, gracias a un tiro de Christian Ortiz, que rozó en José Angulo, ese hechizo se acabó para el elenco torero.

El partido que hicieron los amarillos fue bueno en la parte táctica. Fabián Bustos repitió el mismo once con el que goleó la fecha pasada a Cumbayá.

Con Francisco Fydriszewski como única punta, Barcelona salió desde el arranque a proponer y buscar el arco defendido por Alexander Domínguez.

La labor en el medio campo que hicieron Leonai Souza, Fernando Gaibor, Ortiz y Damián Díaz fue escencial para bloquear el juego albo.

Pero con el pasar de los minutos los dueños de casa se asentaron en el terreno de juego e inclinaro la cancha a su favor.

A partir de los 15 minutos el golero amarillo, Javier Burrai, empezó a tener mayor trabajo, pero respondió bien en las veces que fue exigido.

Una de las acciones más claras que tuvo Liga se dio a los 17 minutos, cuando Ricardo Adé remató al arco, pero desde la línea salvó Fydriszewski.

Liga de Quito seguía presionando y a los 19’ cayó un gol del Tin Angulo, pero este fue anulador por fuera de lugar de Lizandro Alzugaray, quien interfirió en la jugada.

Cuando el primer tiempo estaba por finalizar (46’) cayó el tanto amarillo tras un tiro de esquina. Ortiz proyecto un centro que se fue cerrando al aco y Angulo, en su intento por despejar, terminó tocando levemente el balón, dejando sin reacción a Domínguez. Al final le dieron el gol al argentino.

Para el segundo tiempo Barcelona salió a jugar con la desesperación de los dueños de casa. Los canarios se replegaron en su campo y cuidaron bien la ventaja.

Alexander Alvarado y Renato Ibarra llevaron constante peligro al campo torero, pero la defensa estuvo atenta para alejar el peligro.

En los minutos finales Burrai nuevamente se lució al momento de ahogarle el grito de gol al elenco universitario, que terminó desesperado y sin mayor reacción.

Al final, los jugadores amarillos celebraron en el centro de la cancha el triunfo histórico que lograron ante los azucenas.