“¡Tenemos nuestras entradas, al fin las tenemos!”, gritaron emocionados los hermanos Humberto y Jefferson Sierra en las inmediaciones del Monumental, oeste de Guayaquil, tras retirar sus boletos para el partido entre Barcelona y Flamengo, en la vuelta de la semifinal de la Copa Libertadores.

Los ñaños contaron que el proceso en la boletería fue rápido, ya que no se demoraron más de 15 minutos haciendo la cola. Sin embargo, ‘sufrieron’ cuando quisieron hacer la reservación de los tiques porque la página web del club canario estaba saturada.

“Durante tres días estuvimos entrando a la página, pero no se podía reservar. Entrábamos a cada rato desde el celular y la computadora. Incluso, lo hacíamos en la noche y nada. Recién el viernes pudimos hacerlo. Esos días sufrimos porque no nos queremos perder este partido”, dijo entusiasmado Humberto.

Ellos son socios de Barcelona desde inicios de 2019 y han realizado sus pagos de la membresía todos los meses, pues consideran que es una manera de apoyar a su amado equipo. “Hay que apoyar al equipo en las buenas y las malas. Este es el año que nos vamos a llevar la Copa Libertadores porque vamos a ganar a Flamengo”, destacó Jefferson.

Entre ‘panas’

Carlos Merchán se acercó a la taquilla en compañía de sus ‘panas’, con quienes asistirá al enfrentamiento donde el Ídolo tendrá que remontar (2-0) a los brasileños, si es que quiere clasificar a la final que se disputará el 27 de noviembre en el estadio Centenario de Montevideo, Uruguay.

“El miércoles faltará cerveza en Guayaquil porque la gente festejará esa clasificación a la final. Ya estoy preparando ese viaje a Montevideo porque no me voy a perder el momento en que mi amado equipo levante el título de la Libertadores”, manifestó Carlos.

Por su parte, David Prendes aseguró que se hizo socio del club hace dos semanas para poder asistir al Monumental. “Recién hoy (ayer) pude reservar mi entrada. Tenía miedo de quedarme sin una porque me hice socio solo para poder ver el partido en el estadio. Desde la general estaré alentando a mi equipo”.

Finalmente, Miguel Saavedra se retiró triste del estadio porque no pudo conseguir un boleto. “Yo no soy socio, pero pensé que me podían vender una entrada. Tocará ver el partido en un lugar donde lo pasen y no cobren”.