Entre los futbolistas que los hinchas de Aucas recuerdan con cariño resalta el nombre de Gustavo Figueroa. El Potro, como todos lo conocen, se ganó el corazón de los seguidores del Papá por su entrega y garra en la cancha en la segunda categoría y en las Series A y B, y también cuando tuvo la oportunidad de estar en el banquillo como parte del cuerpo técnico.

El exdelantero está cumpliendo un sueño al ver al cuadro oriental clasificado por primera vez a la Copa Libertadores y con la oportunidad de estrenarse como campeón.

“Que este año se rompa el maleficio y vengan muchas alegrías más”, auguró el Potro, quien en 2004 formó parte del plantel que tuvo una destacada campaña, pero que no pudo concluirla con un título por la salida del entrenador Luis Fernando Suárez a la Tricolor.

“Ver a los hinchas felices me emociona. El llegar a la final fue una tarea que no pude cumplir, aportamos en este camino, que ahora se hizo realidad. Que esto marque el inicio de una nueva historia de Aucas, que sea como en los años 40 o 50, un equipo poderoso del país”, señaló.

Figueroa destacó la figura del entrenador César Farías como uno de los pilares del conjunto oro y grana, del que dijo es un técnico de jerarquía que le dio identidad al equipo, equilibrio en todas sus líneas y una mentalidad ganadora.

“Los convenció de que pueden cambiar la historia y los convirtió en un equipo humilde que está pisando muy fuerte, pero con los pies en la tierra”, analizó el Potro.

Sobre las finales, manifestó que serán muy intensas, con dos equipos que juegan bien al fútbol y que el ganador se decidirá por detalles. Como hincha espera que Aucas consiga su primer título, para lo que, comentó, será necesario que mantenga la garra que ha mostrado en la segunda etapa del torneo.

LE GANÓ LA EMOCIÓN

Figueroa se desempeña actualmente como comentarista en una cadena internacional y estuvo en el estadio Gonzalo Pozo Ripalda en el juego del domingo 23 de octubre ante Gualaceo, en el que el Papá selló su clasificación a las finales de la LigaPro.

La emoción le embargó durante su análisis final, cuando lloró. "Que me perdonen, estas cosas se viven una sola vez, el sentimiento por el equipo es bastante grande. Fueron unas lágrimas justas”, confesó.

La alegría continuó al querer abandonar la Caldera del sur, ya que los hinchas no lo dejaban salir por el masivo pedido de fotos y autógrafos. “Ese cariño que nunca se acaba es el mejor regalo que tengo de mi tiempo en Aucas”, detalló el Potro.

También destacó el gesto de los aficionados de llevar las imágenes de quienes no alcanzaron a ver en vida al Papá en este momento histórico. “Esa gente está desde el cielo disfrutando. Una de ellas es mi madre, que siempre me apoyó cuando estaba empezando en Aucas. Se encariñó con el equipo y debe estar disfrutando”, rememoró.