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Carlos Gruezo celebra tras anotar un penalti contra Bolivia.AIZAR RALDES POOL

Gruezo: "Es un honor vestir la camiseta de Ecuador, aunque sea muy criticado"

Antes que todos lo amen por los tres partidos con Gustavo Alfaro, el jugador, él la tenía clarita y aquí lo dice todo. 

Carlos Gruezo ha pasado de las criticas al amor, es la ley del fútbol. Un día no te quieren al otro hasta te piden 'perdón'.

Gruezo que juega en el FC Augsburgo de Alemania, es de los jugadores que las críticas le ayudaron al tener un carácter que nada le molesta.

Pero está consciente de lo que ha pasado en su carrera deportiva.

Carlos Gruezo de Ecuador celebra tras anotar contra Bolivia.AIZAR RALDES POOL

Está desde los 14 años en la Tri, lleva dos mundiales, el sub 17 de México 2011 y Brasil 2014.

¿Pero que piensa Gruezo? de lo que se dice de él.

Es un tema delicado, que una sola vez lo trato con EXTRA.

Aquí rescatamos las palabras de una entrevista exclusiva que dio hace poco tiempo a www.extra.ec donde se nota la madurez del jugador a quienes lo criticaron.

Gruezo, nació en Quinindé, donde tiene un equipo de fútbol y una fundación.

¿Las criticas por llegar a la Tricolor?

"Uno trabaja para eso. Es un honor y un privilegio vestir la camiseta de Ecuador, aunque sea muy criticado, y si Dios me pone en un lugar es porque así es su decisión.

¿Toma en cuenta las críticas o no les da importancia?

La verdad, no hay mucho que pensar. La gente critica y habla a veces sin motivos. Es fácil estar sentado frente al televisor, decir cosas y criticar. Hay gente que sabe de fútbol y valora lo que uno hace. El estar acá (Alemania) es el reflejo del trabajo. Fui uno de los más criticados en la pasada Copa América 2019 y gracias a Dios estoy en Alemania. No presto atención a lo que se dice, pero me preocupa que le afecte a mi familia por lo que leen en las redes sociales. Siempre les digo que quizás sea gente que nunca pudo cumplir el sueño de estar en una cancha. O quizás están estresados y ponen esos comentarios cuando las cosas salen mal.

Lo suyo es raro: fue el más criticado en la Copa América 2019 y se lo vendió al balompié alemán.

Mucha gente me dice lo mismo. Esa vez me dijeron de todo, pero me llamaron a Alemania. Otros dicen que es cuestión de mi representante, José Luis Chiriboga, y que por él estaba en la selección. Siempre hablamos. Él puede ser un buen agente, pero el que juega soy yo. Los alemanes para contratarte te estudian al máximo.

¿Y a qué le atribuye el estar en el fútbol del primer mundo?

Algo sencillo: es la voluntad de Dios. Si Él lo escogió así, por algo será.

¿Cómo se da ser patrocinador de un equipo de Segunda Categoría, el UDJ de Quinindé?

Ese fue mi primer equipo en Quinindé, tenía 10 años y vivía en el barrio del Malecón. Era delantero. El apoyo comenzó cuando se creó la fundación Regalando Amor, de Carlos Gruezo. Me enteré de que el elenco estaba por desaparecer. Entonces sentí ser el auspiciante principal del plantel. Al frente está José Valencia (estuvo en Holanda), que fue jugador. La idea es apoyar a la juventud y darle alegría a la gente de que puede tener un elenco en Segunda Categoría. Vamos por segundo año con este proyecto.

Auspicio con sentido social...

Sí, ese es el fin. Gracias a Dios me tocó salir de Quinindé y es una labor social en momentos en que la juventud lo necesita. Hay que devolver lo que la vida me ha dado y qué mejor que con la gente que me vio crecer. No me interesa tener un carro lujoso, mejor es darle la mano a un niño en el fútbol o en la educación. Y que los errores que haya cometido en el pasado sirvan para que no los cometan los jóvenes ahora.

Carlos Gruezo y Gonzalo Plata en plena celebración.AIZAR RALDES POOL

¿En Alemania les dice a sus compañeros que aporten para la fundación y el equipo?

Sí, converso con amigos y cambio la camiseta para hacer sorteos. Otros me dan pelotas y cosas que siempre sirven. Hay que trabajar en lo que a uno lo llena de alegría. Veo a los chicos como mis hijos. Es una manera de devolver algo de lo que la vida nos da.

¿Y con su papá cómo es el contacto?

Es muy seguido, espero que le vaya bien en el torneo argentino con el profesor Luis Zubeldía, a quien le tengo aprecio. Es una bendición de Dios que los dos estemos jugando y trabajando fuera del país. Al que piensa bien, siempre le va bien. Soy un agradecido de Dios.