Sorpresa causó en el mundo del fútbol nacional el fallecimiento de Franklin Anangonó con tan solo 47 años. El zaguero, que fue campeón con El Nacional en 1996 y tuvo un paso por la Tricolor, murió el martes 14 de junio debido a complicaciones por la diabetes que padecía.

Para Juan Carlos Burbano, quien fue su compañero en el cuadro militar, este suceso “es una pérdida importante para el fútbol ecuatoriano”.  Recordó que en el Nacho, primero cuando jugó de lateral derecho y después como volante central, contaba con Anangonó para ayudarle en las labores de marca.

“Me cubría las espaldas, me daba tranquilidad”, contó Juan Carlos y destacó que su amigo Franklin “era un líder, un buen compañero, leal, profesional”.

Anangonó se caracterizaba por su fuerza, pero siempre sin dañar al rival. En los duelos aéreos era muy complicado de superar y con Lupo Quinteros formó una gran dupla bajo las órdenes del entrenador brasileño Paulo Masa.

“Usaba unos zapatos con pupos cambiables que hacía sonar cuando saltaba a la cancha. Fue un jugador fuerte, difícil de superar, pero siempre leal, iba al balón en los cruces con los rivales. Recuerdo los duelos con el Cuqui Juárez y Ariel Graziani en la final ante Emelec”, rememoró Burbano.

SU LEGADO

Anangonó inició su carrera en el fútbol profesional en Espoli, club del que dio el salto a El Nacional, donde tuvo sus mejores temporadas que lo catapultaron hasta la selección nacional, en 1999.

También militó en los ambateños Macará y Técnico Universitario, y en este último colgó los pupos a finales de 2005. Siguió dedicado al fútbol como entrenador y tuvo un paso por las categorías formativas de Liga de Quito.

Actualmente se desempeñaba como entrenador del equipo Miguel Iturralde, que disputa el torneo de segunda categoría de Pichincha.

LLAMADO DE ATENCIÓN

Burbano detalló que los jugadores están acostumbrados a consumir grandes cantidades de carbohidratos que los ayudan a tener energía para la práctica del fútbol. El problema se da cuando se mantiene esta alimentación tras el retiro y no se realiza actividad física. Los carbohidratos se convierten en azúcar y pueden causar complicaciones en la salud.

“Lo que sucedió con Franklin es un llamado de atención para seguir haciendo alguna actividad tras el retiro profesional. Cuidarnos en la comida”, indicó el mundialista.