Año 2015. Carlos Heredia, presidente de Galácticos, elenco de la Segunda Categoría de Manabí, viajó hasta Esmeraldas junto al entrenador Daniel Peña, para buscar jugadores y hacer partidos de exhibición.

Peña fue a ver los entrenamientos de Alianza del Pailón, en San Lorenzo. Le habían contado que existía un volante de contención que jugaba a lo crack, pero ya estando allá en la defensa le llamó la atención un flaquito que ‘pintaba’ para ‘jugadorazo’ y que meses después, efectivamente, pasó a ser parte de Galácticos. El flacucho aquel no era nada menos que Félix Torres.

Así fue que Torres dejó su amada Esmeraldas para vivir junto a un grupo de 14 soñadores en el sector de Tarqui, en Manta. Era el comienzo de una nueva etapa en su vida.

“La realidad es que Galácticos andaba buscando un volante 5, pero se quedó con Torres, que tenía unas ganas tremendas de triunfar”, recuerda Pedro Aníbal Fernández, periodista manabita que relató los primeros partidos del muchacho.

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Comenta que una vez la mamita del zaguero lo vino a buscar para llevárselo, porque había el rumor de que Independiente y Liga de Quito querían a la Garufa, como era conocido Torres en Esmeraldas.

Poco después pasó a Liga de Portoviejo en 2016, donde hay una anécdota de su bienvenida, cuando el jugador argentino Cristian ‘El Ogro’ Fabbiani le obsequió un par de zapatos para que juegue con ellos.

EL DESCUBRIDOR

En esta historia sería injusto no darle crédito al entrenador Daniel Peña, quien en su época de jugador fue campeón con Olmedo (2000). Él era el DT de Galácticos y tiene el orgullo de haber descubierto a Torres en Esmeraldas. “Tenía buen control, buena forma de pararse en la cancha. Las cosas difíciles las hacía fáciles. Lo malo era que no sabía cabecear y era muy flaco, pero ahora es lo mejor que tiene (su remate de cabeza y su físico). Le decía que se dedique a hacer gimnasio para que tenga más fuerza. Es un jugador al que de seguro le irá de lo mejor, porque sabe escuchar”, indica el entrenador, quien ahora dirige a la selección de la Unemi (Universidad Estatal de Milagro).

Peña recuerda las lágrimas de los hermanos de Torres cuando dejó Esmeraldas. “Kléber Fajardo estaba en Liga de Portoviejo y lo fuimos a ver. Lo contratamos para Galáctico y en el 2016 pasó a ser el juvenil de la Capira. La despedida de su familia fue durísima, todos lloraban. Sin embargo, Dios sabía lo que estaba haciendo”, dice emocionado Peña.

Pero el destino del goleador de las eliminatorias 2026 con la Tri ya tenía marcada la cancha. El 13 de marzo de 2017 fue presentado en Barcelona junto a Gabriel Cevallos, Gean Carlos Terreros, Byron Castillo y Joel Montezuma. Cuando vio la cancha del Monumental sus ojos brillaron.

Quien lo contrató primero a préstamo por seis meses fue Aquiles Álvarez, entonces (año 2017) de la comisión de fútbol de Barcelona y hoy alcalde de Guayaquil. “Tenía algo que nos decía que iba a llegar alto. Arribó muy joven a Barcelona y poco a poco fue ganándose el puesto. Luego se fue a México y da gusto ver su historia de superación. Puedo decir que no tiene techo. Seguro que jugará en Europa”, opina Álvarez.

Félix Torres desde 2019 es jugador del Santos de México, equipo al que llegó pedido por el estratega uruguayo Guillermo Almada.

Hoy, ese flaquito descubierto por casualidad en Esmeraldas, vive una historia que se escribe con goles y felicidad, en el camino de Ecuador a su quinto Mundial de Fútbol.

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