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El Loco Cortez cuando la vida le sonreía en Barcelona y LigaPro.CHRISTIAN VÁSCONEZ / EXTRA

¡Fama, líos y la vida del Loco Gabriel Cortez!

De estrella de Barcelona y Ligapro, a estar detenido y ser investigado por varias cosas por la Policía Nacional. Su último partido fue ante Gualaceo.

En las calles de Puerto Limón, más conocido como Parada Siete, en Esmeraldas, con o sin zapatos, Gabriel Cortez Casierra alimentó su pierna derecha de calidad y potencia. En medio de gente que caminaba por la vereda delincuencial, él no se despegó del balón para lograr su anhelo: brillar en el fútbol.

Su deseo se convirtió en arrebato y luego en ‘locura’. Era un ‘pelado’ flaco y callado. Cabello grueso y rizado. Su técnica fina para domar cualquier pelota deslumbró a cazatalentos que le ofrecieron salir de esa zona peligrosa y una vida complicada.

En 2008, la ‘fiebre’ de los chicos de diferentes provincias era llegar a Guayaquil para jugar al fútbol.

Norteamérica era la cantera que pulía las habilidades de los jóvenes que, en su mayoría, llegaban desde Esmeraldas para luego dar el salto a Independiente del Valle, un equipo de Sangolquí que le apostaba a los ‘pelados’.

Tras un viaje de 10 horas desde la tradicional Parada 7, en el bus de Transporte Esmeraldas, llegó Gabriel, junto con un profesor de apellido Abad.

FLAQUITO CON CALIDAD

Antes de preocuparse por buscar un sitio para dormir, el Loco solo pensaba en pasar la prueba futbolística para quedarse en el Puerto Principal.

Las referencias con las que llegó eran varias: buen regate, le pegaba a la bola con precisión, pero que su mejor arma era los remates de fuera del área.

Una vez en Guayaquil lo llevaron a la cancha conocida como La Vertiente, en la vía a la costa.

Carlos ‘Pechón’ León, actual técnico de 9 de Octubre; y Luis ‘Chocolate’ Medina, quien tiene su escuela de fútbol en Durán, fueron los entrenadores que lo recibieron para el examen en cancha. La pasó sin problemas. Calidad de sobra.

Cortez (i),tuvo un paso sin historia en Emelec.Archivo

El principal dirigente de Norteamérica le buscó un lugar en una casa-hogar que tenía el equipo de segunda categoría al norte de Guayaquil.

“Desde que llegó Gabriel, sabíamos que iba a ser de los buenos, era bien flaquito, pero con ganas de comerse la cancha. Le gustaba pegarle a la pelota desde lejos”, recuerda Chocolate Medina.

Con el pasar de los días, Cortez agarró confianza en la cancha, pero hablaba poco. Fue eje de las categorías de Norteamérica por dos años hasta que en 2010 pasó a Independiente del Valle. Cosas de la vida, ambos entrenadores también fueron a esa institución.

CON EL DOLOR EL ALMA

Cuando comenzó a entrenar, Gabriel se puso como meta una buena causa, hacer un dinero para arreglar un problema legal que tenía un familiar muy querido que estaba preso en la cárcel de Riobamba, desde 2008, por tenencia de drogas. Y vaya que lo hizo. Juntó dinero de su sueldo y logró sacarlo en 2014.

Se vistió de ‘héroe’ para su familia, según el testimonio de una fuente consultada por EXTRA.

Su llegada a Independiente del Valle fue un éxito, comenzó a brillar en la categoría sub-16. Su rendimiento empezó a subir, pero también sus ‘locuras’: se diferenciaba de sus compañeros por sus tatuajes. En 2016 ya adornaba su cuerpo con 10 de estos.

SOLEDAD Y ALTIBAJOS

Quienes estuvieron cerca de él durante su etapa juvenil aseguran que carecía de afecto y que pasaba solo, pese a que su madre Elsa Casierra lo visitaba cuando estaba en Independiente del Valle. Ella disfrutaba de sus locuras, como pintarse el cabello.

El Loco llegó al equipo principal de los rayados en 2012, pero su amor se terminó en el 2017, cuando lo sacaron del equipo y se mandó una descarga de insultos contra un árbitro.

Luego tuvo un paso por los Lobos Buap, de México (2018), donde en dos temporadas solo jugó 21 partidos.

Gabriel Cortez en Botafogo hizo un en vivo en redes sociales y tuvo problemas.Cortesía

Apareció en Emelec (2019) y no pasó nada, lo mismo en Botafogo de Brasil (2020), donde por hacer un video con una cerveza en mano tuvo que salir.

Ese mismo año se vinculó a Guayaquil City hasta que apareció Barcelona en 2021 y la vida le volvió a sonreír. Pero antes, el 25 de enero de 2021, el dolor volvió a sacudir a Gabriel: su hermano Carlos, de 23 años, fue asesinado por sicarios en el barrio 5 de Junio, en Esmeraldas, sitio que era frecuentado por el futbolista. Jairón Cabezas (18) también fue asesinado por los gatilleros en ese ataque.

Este año subió su rendimiento, llevaba 7 goles marcados en nueve partidos de la LigaPro. Era el goleador del Ídolo y el jugador más aplaudido por los hinchas.

Ahora no tiene fecha de retorno, su camiseta se quedará esperando en el camerino del Monumental, hasta que la justicia determine si tuvo o no vinculación con una banda criminal.

“Gabriel ha sido un luchador de ‘pelado’, se las fajó solo. Se veía demasiado bien en Barcelona, pero de corazón quiero que todo se esclarezca”, menciona Medina.