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Fabián Bustos: "Ahora estoy donde soñé estar"
El entrenador de Barcelona y un relato en primera persona para es.coachesvoice.com donde cuenta toda su verdad
El siguiente es un relato del entrenador de Barcelona, Fabián Bustos con el portal es.coachesvoice.com donde revela muchos secretos:
"Faltando un mes para el final del campeonato ecuatoriano 2019 recibí una llamada que jamás olvidaré.
Por entonces yo dirigía a Delfín SC de Ecuador. El año anterior habíamos ganado el campeonato y habíamos clasificado a los Play-Off.
En Barcelona Sporting Club, mientras tanto, estrenaba dirigencia. Y el presidente electo, Carlos Alejandro Alfaro Moreno, decidió que yo era el indicado para asumir el puesto de entrenador del equipo. Cuando escuché su propuesta inmediatamente acepté.
Mi contrato con Delfín era hasta diciembre de ese año 2019, por lo que estaba posibilitado para asumir el reto. Barcelona me quiso unos meses antes, pero en ese momento no podía salir de Delfín. Por ello, cuando me llamó Alfaro Moreno, y sabiendo que mi contrato se vencía en un par de meses, no podía decir que no a la oferta.
A Alfaro Moreno lo conocía de mis tiempos como futbolistas, incluso fuimos rivales.
Estaba muy emocionado, pero al mismo tiempo también sentía mucho agradecimiento por Delfín porque es un club en el que estuve mucho tiempo.
Alfaro Moreno me ayudó en esa situación. “Fabián, eres el candidato y te queremos acá para la próxima temporada. Pero antes queremos que termines tu trabajo ahí y que te enfoques en lo que te queda por hacer”, me dijo.
Eso me dio mucha tranquilidad. Le señalé que hablaría con el presidente de Delfín. Se trataba de una oportunidad que, obviamente, no iba a dejar pasar.
“NO ES FÁCIL PARA UN ENTRENADOR"
Apenas colgué con el presidente del Barcelona llamé a mi esposa para contarle sobre la hermosa oportunidad que se me había presentado.
Todo fue muy rápido. Yo no tenía representante en ese momento, por lo que las negociaciones fueron de manera directa entre Alfaro Moreno y yo. Para mí fue decisivo eso porque el arreglo no iba a estar condicionado por otros factores. Barcelona era el lugar al cual quería ir.
No es fácil para un entrenador del fútbol ecuatoriano ser contratado por el Barcelona. Este es un club que casi siempre contrata entrenadores que vienen de otros países.
Sin embargo, debía estar centrado en mi trabajo con Delfín. Estábamos en los octavos de final del torneo y no podía perder el foco. Cumplí mi promesa y fui a hablar con el presidente del club, José Delgado, para contarle que iba a aceptar la oferta de Barcelona, pero también deseaba darle tranquilidad: seguiría enfocado en el equipo hasta el último día.
“HABÍA SIDO COMO UN PEREGRINAJE, CASI SUBIR UNA MONTAÑA”
En la noche, en medio de la celebración por el título, nos reunimos, el presidente de Delfín y yo, para festejar y despedirnos; en unas horas debía viajar a Guayaquil a firmar mi contrato con Barcelona.
Llegar al Barcelona era un sueño hecho realidad. Para todo aquel que conoce el fútbol ecuatoriano, Barcelona es el equipo más grande por su repercusión, por sus hinchas. Internacionalmente no tiene ese reconocimiento aún, pero es, sin duda, uno de los equipos con más fanáticos en toda América del Sur.
Cuando llegué al Barcelona tenía diez años como entrenador en Ecuador. Había sido una especie de peregrinaje, casi como subir una montaña y ahora estaba por hacer realidad un gran sueño.
Apenas empecé a trabajar me di cuenta de lo hermoso que es este club.
Pero dirigir a un equipo tan grande te exige reconocer que todo lo que hagas tendrá mucho impacto, tanto en la prensa como en los fanáticos. Son las reglas del juego. Es un club muy mediático que te obliga a competir siempre y ser muy inteligente, incluso hasta para hacer declaraciones.
Cuando lo enfrentas como jugador o como entrenador, no te das cuenta de lo grande que es. Cuando estás adentro aprendes que cualquier cosa que hagas tiene mucha repercusión.
“CON MIGUEL ÁNGEL RUSSO SIEMPRE ESTARÉ EN DEUDA”
Me costó adaptarme a ello. Los primeros seis meses me afectó casi todo, desde que se discutiera un cambio que hacía en determinado partido pasando por las polémicas de los programas deportivos en los medios.
Con Delfín logramos convertirnos en el primer equipo que no es de la capital de una provincia saliera campeón. Fue algo histórico, pero la locura realmente la viví cuando quedé campeón con Barcelona. Estuve más de tres días contestando mensajes de felicitación. Además, fue la primera vez en 58 años que un entrenador ganaba dos campeonatos consecutivos con dos equipos diferentes.
Fue un título impresionante. Era mi primer año en el club; tuvimos un sinfín de complicaciones, incluida la pandemia. Además, logramos que el equipo entrara en la fase de grupos de la Copa Libertadores. Incluso dimos la vuelta olímpica jugando de visitante.
La Copa Libertadores es una torneo muy diferente. En 2020 logramos superar varias fases hasta llegar a la etapa de grupos. Hasta allí jugamos muy bien, pero ya en el grupo no estuvimos brillantes y terminamos eliminados.
En la edición de 2021 quedamos en un grupo difícil, junto a Santos, Boca Juniors y The Strongest. Nos reforzamos muy bien y eso nos permitió ganarle a Santos en su cancha y clasificar a las instancias finales.
DE TRES DÍAS CONTESTANDO MENSAJES
Enfrentarme a Boca Juniors fue muy especial. En ese momento, el entrenador era Miguel Ángel Russo, que fue mi técnico y el responsable de que yo jugara en Lanús.
Con Miguel siempre estaré en deuda. Él hizo el esfuerzo para que Lanús me contratara y yo siento que humanamente no le di todo lo que podía entregar. Uno debe ser agradecido y esforzarse al máximo por las personas que confían en uno. Pero en ese momento yo no estaba maduro y no pude agradecerle todo lo que hizo por mí.
Cuando nos tocó jugar contra Boca, lo primero que hice fue ir a agradecerle todo lo que hizo por mí y todas sus enseñanzas; lo abracé e incluso le pedí consejos. Cuando fue mi entrenador me ayudó a comprender que algunas actitudes que tuve como jugador no eran las correctas.
Fue un recorrido hermoso en la Libertadores, en el que eliminamos a grandes equipos como Vélez Sarsfield y Fluminense. En semifinales no pudimos vencer a Flamengo, pero sin duda fue una gran actuación.
Si bien es cierto que ahora estoy donde soñé estar, es imposible no mirar atrás y recordar los momentos duros, esos en los que incluso dudé de mi capacidad. Esas son las experiencias que nunca hay que olvidar: de dónde se viene y cuánto ha costado llegar. También de los que me ayudaron a conseguirlo.
Ante Flamengo en Maracaná (arriba), veía el estadio y me acordaba de mi padre, que tenía una foto de la primera vez que fue a ese mítico estadio. Y de mi hermano Carlos, que jugó allí, para Independiente y eliminó a Flamengo en una Supercopa Sudamericana.
“NO DEBES RELAJARTE NUNCA”
Ese partido fue muy especial, ya que era el primero en el Maracaná con público tras el confinamiento. Y la gente estaba enloquecida; no se escuchaba mi voz a cinco metros de distancia.
En ese momento agradecí a Dios por todo el camino recorrido. Arrancó en el año 2009, cuando me contrataron para dirigir a Manta F.C. Yo conocía el club porque había jugado en el año 2002. En el 2008 me quisieron contratar como entrenador. En ese entonces trabajaba como asistente técnico en Argentina, pero no me sentía preparado para ser primer entrenador.
Un año después, el equipo estaba último en la tabla, con apenas doce partidos por jugar. El club tenía muchos problemas y yo acepté.
Mi siguiente paso fue entrenar a Deportivo Quito. Aquel era un equipo con una estructura económica muy sólida y el grupo de futbolistas era impresionante: eran jugadores de selecciones mayores y juveniles mezclados con extranjeros de mucho nivel.
El equipo terminó campeón, pero yo había sido despedido por una situación extra-futbolística con algunos jugadores en la que me faltó un mejor manejo del grupo. Estábamos segundos en ese momento, pero se presentó un hecho de indisciplina y la dirigencia consideró que yo no era el adecuado para superar aquel episodio.
“ANTE FLAMENGO, EN MARACANÁ, VEÍA EL ESTADIO Y ME ACORDABA DE MI PADRE”
Esa destitución fue muy dolorosa. Era muy joven y quería volver a trabajar rápido. Sentía la necesidad de mostrarle al mundo que estaba calificado para seguir entrenando y me apresuré en elegir mi próximo equipo.
Ese fue el momento de mayor incertidumbre en mi carrera. En muy poco tiempo dirigí tres equipos -Imbabura, Técnico Universitario y Macará-. Me apresuré, me pudo la ansiedad.
Llegar a Delfín en 2015, después de una buena etapa en Liga de Portoviejo, fue un paso importantísimo en mi carrera. Allí encontré a un presidente con ideas claras y con un gran equipo de trabajo.
Un paso que me llevó a alcanzar la historia que te contaba con Barcelona. Pero también me ayudó a aprender que los entrenadores no tenemos que trabajar porque sí, sino que tenemos que trabajar convencidos de los proyectos de las instituciones".
Atte.,
Fabián Bustos
DT de Barcelona