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Sale en su carro a entregar los pedidos de arroz. Los clientes son sus amistades y padres de los alumnos.Cortesía

A Simón Matheus la pandemia lo puso a ‘jugar’ con los sacos de arroz

Los ingresos del DT Simón Matheus giraban en torno a entrenamientos en escuelas formativas, pero tuvo que meterse a los negocios para ‘parar’ la olla

Ya sea con terno y corbata o en traje deportivo, la ‘pinta’ es lo de menos para el entrenador Simón Matheus Ordóñez, que ahora ‘para la olla’ con lo que gana vendiendo arroz a domicilio. Los entrenamientos con los ‘pelados’ han quedado ‘archivados’ hasta que las autoridades de salud dispongan el inicio del trabajo formativo en Guayaquil.

“Desde que inició la emergencia sanitaria no he logrado entrenar a los chicos de mi escuela de fútbol y de Punto Gol, donde también trabajaba con chicos que deseaban ser futbolistas. Todo se cayó y para llevar la comida a casa me dedico ahora a los negocios”, contó a EXTRA el exlateral zurdo de varios clubes y la selección ecuatoriana sub-23.

EN CANCHAS DIFERENTES

Hasta finales de febrero la rutina de Matheus era levantarse temprano, leer la Biblia y una vez que desayunaba, subía al carro los conos, balones, cronómetro, chalecos y un pito, para ir a la cancha, donde lo esperaban decenas de chicos con sueños de ser futbolistas.

Pero después del 15 de marzo tuvo que cambiar de rutina. Ahora, en vez de llenar el carro con los implementos de entrenamiento, debe guardar en la ‘cajuela’ los sacos de arroz que le piden los clientes.

“Siempre hay que buscar alternativas, no debemos quedarnos de brazos cruzados. Lo mío es ser entrenador de fútbol, incluso jugar en torneos barriales a los que me invitaban, pero ahora me toca moverme en el negocio para llevar el pan a la mesa de mi hogar”, señaló Matheus.

Matheus enseña fútbol a muchos chicos en su escuela Simón Matheus (parque Samanes) y Punto Gol (vía a la costa).Archivo Extra

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El arroz lo vende por quintal o saquillos de 50 y 25 libras.

“Vendo a precio rebajado porque lo importante no solo es vender, sino también colaborar con la comunidad. Mis clientes son las amistades, porque fui futbolista profesional y me conoce mucha gente. Además me compran los padres de mis alumnos”, añadió.

Matheus, quien aprovecha parte de su tiempo para predicar la palabra de Dios, señaló que solo espera la resolución del COE Nacional para volver a las canchas, tomando las medidas de bioseguridad. “Muchos chicos me llaman para preguntar cuándo empezamos a entrenar”.

Matheus confesó que no todo es negocio. En marzo y abril también aportó a la comunidad, entregando víveres con los integrantes de su iglesia, en sectores como Monte Sinaí, Bastión Popular, Juan Montalvo y varias zonas del sur de Guayaquil.

Pero el ‘bichito’ del negocio ya le ‘picó’ a Matheus. Por eso recalcó que una vez que retome los entrenamientos, piensa seguir en la venta de arroz de primera clase, porque ya tiene clientes fijos. “Solamente espero conseguir más capital”, dijo el entrenador, que además de arroz ofrece también pollos a sus clientes.

Simón Matheus defendió a Calvi FC, donde debutó a los 18 años; luego pasó por Macará, Delfín, Municipal de Cañar y Rocafuerte FCde Guayaquil.
Estuvo en la selección ecuatoriana sub-23 que jugó el Preolímpico de 1996 en Argentina, dirigida por el montenegrino Dusan Dráskovic.