Guayaquil recibió a la selección nacional, por eliminatorias, luego de 24 años. Regresó la Tri al Puerto Principal y la fiesta fue Monumental. El combinado de Gustavo Alfaro estaba obligado a sumar para no desprenderse de la parte alta de la tabla y lo hizo con creces y demostrando una supremacía total contra su rival, Bolivia.

Previo al encuentro estaban las dudas. ¿Podría ser posible que esta Bolivia, penúltima de la tabla, nos sorprenda? Perú y Chile nos robaron puntos, pero en la humedad del Guayas, se ahogó la selección del altiplano y la Tri recobró la esperanza.

Un 4-4-2 marcado con alta proyección de las bandas con Pervis Estupiñán y Byron Castillo y dos puntas: Michael Estrada y Enner Valencia, este último con una deuda pendiente que saldaría por partida doble.

Con esas dos características marcadas, el mediocampo temía que mantener un rol impecable y lo que hizo Carlos Gruezo con Moisés Caicedo, no puede representar más esta palabra.

Pero antes de hablar de las acertadas intervenciones de Caicedo, hay que detenernos y elogiar el tándem por derecha de Byron Castillo con Ángel Mena. El primero un gran protagonista hasta su lesión, mientras que Mena siempre fue un actor complementario. De hecho, de los pies de ambos nace el primer gol que terminó siendo un testazo de Estrada tras un centro del jugador de Barcelona.

El primer grito se dio a los 13 minutos. El segundo iba a llegar a los 17. Tras una jugada de Caicedo en la frontal al área de Bolivia, filtra un pase exquisito a Enner Valencia que define como lo que es, el goleador máximo de la historia de la selección nacional. Con ese gol sumaba 32, y con el doblete, firmó 33. Sí, repetiría un minutos después tras una carambola en el área.

Luego del gol, Ecuador bajó una marcha y se dedicó al control del balón y dominio territorial. Se defendía con el balón en sus pies. Y el Monumental se convertía en una carnaval tricolor.

El control absoluto de Ecuador iba a sostenerse en el complemento y el público guayaquileño pedía otro gol. Alfaro metió mano a las piezas y dio espacio a varios nuevos elementos, entre esos Jeremy Sarmiento.

La victoria fue redonda y la sensación de que estamos cerca del Mundial de Catar 2022, es cada vez más tangible. La prueba en Venezuela y Colombia pueden ser determinantes para el futuro del sueño tricolor,