Diego Armando Rodic sintió la muerte de Maradona como si hubiera sido la de algún familiar cercano.

El 25 de noviembre pasado no solo fue un día nefasto para los fanáticos del Pelusa, sino también para el abogado guayaquileño, debido a que se fue alguien que lo apadrinó cuando apenas tenía un año.

En 1994, Rodic estuvo en los brazos del Diego. Su acercamiento con Maradona se dio gracias a que su padre, Mirko Rodic (también argentino), movió algunos contactos para ingresar al polideportivo Los Samanes, sitio donde Diego se concentró con la Albiceleste, previo a un duelo amistoso con la selección de Ecuador.

De ese encuentro el guayaquileño no recuerda nada, pero sí guarda decenas de fotos y recortes de periódicos que dan fe de aquel acercamiento.

“Soy el ahijado ecuatoriano de Maradona. Él me conoció, luego de que se enterara de que mis padres tuvieron sextillizos (uno falleció al mes de nacido y otro a los dos años). Nuestro nacimiento fue un caso muy sonado a nivel internacional, por lo que Diego aprovechó para conocernos, cuando estuvo por última vez en el país, como jugador”, sostuvo Rodic.

El Diego ecuatoriano aseguró que su padre le puso el mismo nombre de Maradona, debido a que fue el último en salir del resto de sus cinco hermanos.

“Cuando mi madre estaba dando a luz pensaron que solo eran cinco niños, pero yo estaba escondido (risas). Cuando los doctores dijeron que había uno más, mi papá dijo que era rebelde como Maradona, por eso me llamó como él”.

Rodic afirmó que cuando fue creciendo se interesó por tener un nuevo acercamiento con D10S, pero nunca lo pudo lograr. “Lamentablemente, nunca más lo pude ver, pero sé que él sabía que en Ecuador tuvo un ahijado”.

Diego acotó que ahora planifica viajar a Argentina para visitar la tumba de su padrino. “Espero hacerlo el próximo año. Siento la necesidad de ir y despedirlo. Me dolió mucho su partida, pero a todos sus admiradores nos queda un gran legado como jugador”.