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La columna de la ex: ¡'Desviaba' el sueldo!
Historia reales de jugadores ecuatorianos que le pasaron unas cosas rarísimas
Mi esposo había dejado el equipo llamado pequeño, y también pequeño era el sueldo; no llegábamos a los 600 dólares mensuales, pero mi gordo era feliz con eso. Claro que le pagaban pasando dos o tres meses.
Cuando le dijeron que lo quería uno de los equipos del Astillero, todo cambió. No lo podíamos creer, eran cerca de 5.000 dólares al mes. Y eso que el sueldo de él era uno de los más bajos.
En el anterior club le daban apenas un uniforme para entrenar, una camiseta de concentración y no podía regalar la camiseta que jugaba.
Ya en Guayaquil, durante los primeros meses todo fue felicidad. Pero al tercer mes, el dinero comenzó a faltar. Algo andaba mal.
Hacíamos las cuentas del dinero que se gastaba y todo cuadraba, pero aquel 30 de abril hacían falta $ 1.100. Créanlo. Pensé que no le habían pagado completo. Mi amorcito primero se hizo el loco y una tarde llegó con una hoja con todas las cuentas.
Me dijo que en el club le habían “descontado” la ropa de entrenamiento, las camisetas de concentración, los cinco pares de zapatos importados que había usado y hasta unos polvos que le daban para su hidratación. Todo sumaba $ 1.100. En ese momento le creí y le dije que estaba bien, pero que era mucho. Esa cantidad volvió a faltar dos meses después y lo raro es que usaba la misma ropa y los mismos zapatos.
Al ver que las cuentas no cuadraban, me hice amiga de las esposas de los compañeros de mi esposo, y me llevé la sorpresa de mi vida: en el club le daban todo gratis, la ropa, los zapatos y la medicina. El bandido estaba desviando el dinero no sé a dónde; creo que sí sé, pero mejor de ese tema no hablar. Cosas que pasan cuando llegan a un club grande.