El minuto 90 + 5 (tiempo reglamentario más adicionales en un partido de fútbol), es cuando todo termina, cuando ya todo es historia. Y eso, de alguna manera, también aplica para la vida.

El ser futbolista es especial. En la cancha se pueden pegar, insultar y decirse de todo. Pero terminado el juego todos los jugadores siguen siendo amigos. Y de esos amigos que están en las buenas y en las malas. Y en el adiós final también.

La despedida del exarquero Carlos Luis Morales, fallecido de un infarto fulminante la mañana del lunes 22 de junio de 2020, es un ejemplo. Son ya las 18:30 y en las puertas del cementerio Parque de la Paz, en Daule, sus 'panas' lo esperan. Su cadáver aún no ha llegado.

Un ambiente triste

Muy cerca a ellos, gente con banderas blancas da luz en medio de la oscuridad de la noche. El ambiente es demasiado triste. Las mascarillas que se usan por el COVID-19 y estar un poco separados, hacen que la situación sea más difícil.

A un costado está un señor con el pelo entrado en canas junto a otra persona, pareciera que es Jimmy Montanero. ¡Sí, es él! Lo acompaña Claudio Alcívar. Hace 30 años ellos comenzaron a construir el sueño de un gran Barcelona. Ahora están en la despedida de su capitán; del "duro del camerino"; del pana de las bromas, del que a veces les lanzaba el jabón mientras estaban descuidados;  del que les decía que los asientos en los carros tenían nombres.

Están en el adiós de quien en vida fue también prefecto del Guayas, o el Capitán, como lo llamaban sus excompañeros de fútbol.

Llegan más de sus amigos y excompañeros

De pronto llegan José Francisco Cevallos y Johnny Proaño. Es como si los que se concentraban en los 90 en el Ídolo se juntaran hoy para un partido de despedida al amigo. Aunque esta vez no hay fútbol. Solo dolor.

El teléfono suena y Montanero contesta. Del otro lado habla David ‘Cholo’ Bravo, quien le informa que no puede llegar hasta el cementerio.

Se suman a ese momento Wilson Macías, Luis ‘Chino’ Gómez, Eduardo ‘Tanque’ Hurtado y más jugadores que compartieron con Morales en el fútbol. A los que hicieron su vida política junto a él no se los vio.

Para estar con los restos de Carlos Luis se necesita el permiso de su familia. Sale entonces su hijo Luis Gabriel Morales, quien se abraza con aquellos que su padre también lo hacía cuando era jugador. Entonces, ya pueden pasar a darle el adiós a Pestañita, el arquero al que un penal lo catapultó en la historia del Ídolo.