A Emelec le bastó un empate sin goles contra Sporting Cristal para sellar el boleto a los octavos de final en Copa Sudamericana, gracias a la victoria por la mínima diferencia (1-0) en el juego de ida.

Lo que está claro es que no hubo un dominante. El Bombillo intentó en el estadio Capwell mostrar una faceta distinta a la ida, pero terminó jugando de igual manera: conteniendo y resistiendo las arremetidas de los cerveceros y aplicando el contraataque.

La intensidad por las bandas y claras llegadas de los laterales Romario Caicedo y Bryan Carabalí, en el primer tiempo, se diluyeron en la etapa de complemento.

La vitalidad e ímpetu del volante Carlos Villalba, quizá de los más destacados en los primeros 45 minutos, se desvaneció. Otro de los puntos a analizar fue el trabajo de Alejandro Cabeza, que de espaldas al arco consiguió las faltas necesarias para que el Foco respire y domine, sin embargo, fue superado en la otra mitad.

Los dirigidos por el técnico colombiano Hernán Torres parquearon el autobús. Le tocó sufrir en los minutos finales, pero nuevamente el arquero Pedro Ortiz apareció para enfundar dos balones que pedían gol.

Como saldo negativo quedó la lesión de Miller Bolaños y como positivo el regreso oficial al campo de juego del colombiano Alexis Zapata, que debido a una lesión se ausentó todo el primer semestre.

Emelec mostró dos facetas, pero logró su cometido, los octavos de final de Copa Sudamericana y un jugoso premio de 550.000 dólares por acceder a esta instancia, en la que se medirá el miércoles 2 de agosto al argentino Defensa y Justicia en el estadio Norberto Tomaghello, por el duelo de ida.

Los 30.000 aficionados azules que se dieron cita en la Caldera festejaron su pase de ronda.