Esto pasó en el 2013, mi hermano estaba en un equipo de fútbol y en casa le habíamos dicho que no ande hecho el coqueto, que sea serio, porque en cualquier momento le iban a ‘llover’ las ‘novias’.

La plena que mi ñañito tiene lo suyo, es lindo, y eso de ser jugador de fútbol lo hacía más hermoso, en realidad no sé qué le ven a los chicos cuando se hacen futbolistas.

Resulta que en la presentación de su equipo conoció a una chica guapísima, ella pensaba que mi hermanito, como era jugador, ganaba harto dinero, pero lo que no sabía era que subió del equipo de reserva a primera y era el que menos ganaba, su sueldo se le iba en zapatos, ropita y nada más, mi ñaño era lamparoso.

La primera vez que él la invitó a salir pidió prestado el auto a nuestro papá, el muy ingenuo pensaba que la pelada era sencilla y que las salidas serían acordes a sus posibilidades económicas.

Se fueron a Sauces 3, allá vendían unas salchipapas riquísimas, se estacionó cerca de la carretilla y se inició la primera discusión sin ser enamorados.

Ella le dijo de frente que creía que la iba a invitar a comer a un restaurante de un hotel cinco estrellas y que jamás se le cruzó en el camino que la llevaría a comer una salchipapas de $ 0.80.

Según mi hermano, lo hizo para probar si era amor de verdad, pero yo que lo conozco sé que no tenía para invitarla a un lugar caro y al final se dio cuenta que lo quería ¡desplumar’, la pelada se deslumbró por la profesión que tenía, sin saber que la realidad económica era diferente.

Han pasado los años y mi ñaño se ríe de aquella salchipapas que su ‘novia’ no se comió.