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La columna de la ex: ¡‘Lamparosos’ con ropa falsa!
La realidad de los jugadores ecuatorianos fuera de la cancha.
Mi marido era de los que querían vestirse con ropa de marca cuando llegó a ser titular del equipo amarillo. La verdad es que en el tema de la ropa perdió la humildad. Eran los tiempos en que las camisetas Playboy estaban de moda, cuando se usaban gafas y gorras caras.
Una vez que comenzó a salir en TV, se olvidó de las calles de Guayaquil. No se bajaba del carro y por eso le vieron la cara durante tres años. Resulta que me llegaba a la casa con “ropa importada”. Lo raro de todo era que se la vendían en la concentración del equipo. Pagaba mucho dinero, pero como ganaba muchos dólares no le daba pena.
Pero siempre yo le decía que esa ropa no era tan ‘verídica’ como le hacían creer. Lo real es que todo se lo vendían sus amigos, que en realidad le veían la cara a todo el equipo.
Un día de esos que se descubren secretos, un vecino me dijo que un “amigo de un amigo” le vendía la misma ‘cachina’ que usaba mi esposo. ¡No lo podía creer! Resulta que los ‘avivatos’ compraban la ropa en el sector de La Cadena en la bahía de Guayaquil, y a mi esposo y demás compañeros les hacían creer que la importaban de EE. UU. y Europa.
La mejor manera de sacarle la venda de los ojos a mi esposo fue ir donde vendían la ropa. Le compré en $ 15 una camiseta igualita a la que él usaba y que le habían hecho creer que se la traían desde Francia. ¡Había pagado $ 120!
Mi marido primero se enojó, luego le dio risa. En realidad fue un baño de humildad. Dejó de ser ‘lamparoso’ y comenzó a vestirse donde vendían ropa económica pero bonita.
Al final, sus compañeros de equipo dejaron de gastar tanta plata en ropa ‘falseta’. Cosas que pasan cuando los jugadores entran en una burbuja que es aprovechada por otros.