Lo que se viene es caliente, súper caliente y fuerte. Espero que estén preparados para leernos. Pero... ojalá no se entere ninguna esposa de algún entrenador.

Resulta que ese ‘profe’ era pinta, parecía galán de telenovela argentina, país de donde venía. Siempre estaba presente en todos lados, era ‘ojo alegre’, medio ‘gallo bello’, mejor dicho un ‘grillo’.

No sabemos cómo lo hizo, pero en la época en que no había celulares se consiguió un “alcahuete” y comenzó a galantear a la novia de un jugador; después hizo lo mismo con la pareja de otro de sus dirigidos.

Lo real de esta historia es que este ‘profe’ anduvo de ‘picaflor’ con las dos chicas y no jugaba limpio en nada.

En la pretemporada se perdía en las tardes, venía a Guayaquil y se iba en la madrugada, pensaba que nunca se lo descubriría. Pero no hay nada oculto.

Lo más loco que hacía el ‘profesor del amor’ es que concentraba al equipo los viernes y el partido era el domingo, todo por hacer de las suyas como ‘gallo bello’.

Con la pinta que tenía era rarísimo no reconocerlo. Una vez, antes de un partido de la Copa Libertadores, el equipo se concentró en un hotel del centro de Guayaquil, pero al DT lo vieron salir tipo 5 de la mañana de otro lugar.

Al final los comentarios llegaron hasta los camerinos, pero el escándalo de la vacilada del ‘profe’ no trascendió. Todos ‘comieron callado’. En ese tiempo los teléfonos celulares no tenían cámaras y la leyenda urbana futbolera creció, al igual que su nombre como DT.

Al involucrado nunca se lo encontró con ninguna de esas chicas, aunque todos sabían la verdad, pero nadie la confirmó.

El ‘profe’ era un bandido y hoy las canas invaden su cabeza. Un ‘brindis’ por él.