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Ella sabe muchos secretos.Extra

La columna de la ex: ¡Aniñado quería ser cholo!

Verdades que salen a la luz con el pasar de los años.

En los años 2000, mi marido era jugador de Barcelona, pero no quiero hablar de él, pero sí de lo que vivimos varias veces.

Resulta que un chico lo subieron de las divisiones menores al equipo de primera, era un blanquito, rubio, puedo decir que era más modelo que jugador, claro que duró poco, el fútbol no era lo suyo, pero quería ser jugador.

En aquel entonces, nosotros vivíamos en el sur de la ciudad con nuestros padres y el tipo se le había metido la idea que quería vivir una experiencia de las personas que no tenían el dinero, que él sí lo poseía.

Mi esposo siempre ha sido buen dato y comenzó a llevarlo a la casa, y él no pasaba desapercibido.

Recuerdo que la primera vez, a la hora de la merienda, pidió cubierto cuando le dimos cucharas.

Luego nos compró un aire acondicionado, debido a que nosotros no teníamos.

Pero ahora viene lo más loco, resulta en al segundo mes que fue, una vecina lo miró, la amiga estaba bien puesta.

Aunque ustedes no lo crean, no se si por interés del carro BMW o qué mismo pasó, ellos se enamoraron, y verlo en mi casa cada lunes era una cuestión de película.

Le pedía tips a mi esposo de cómo conquistar a la chica, mi marido era tan bromista, que le decía que no la lleve a Unicentro, que en vez de eso, le compre una salchipapa y que le mande a la familia, luego que compre colas de tres litros y haga lo mismo.

Lo cómico de todo es que él se lo tomaba en serio, y pasó a ser el rico tacaño, hasta que le dijo la verdad. En realidad el colorado era un goce, hasta que se llevó a la chica del sector, nunca supimos nada de él, ni de la chica. Ser jugador le sirvió para ser feliz.

Cosas del fútbol y el amor.