Claudio Alcívar jugó solo en tres clubes del país: El Nacional, Técnico Universitario y Barcelona. A los dos primeros dice que les guarda mucho cariño, pero al Ídolo lo califica como el amor de su vida.

El exlateral asegura que de su mente no salen los cinco títulos que logró con la camiseta amarilla (1987, 1989, 1991, 1995 y 1997) en el torneo nacional, tampoco los distintos partidos que le tocó disputar en la Copa Libertadores.

Uno de los momentos recordados de esta competición de la Conmebol fue cuando en 1990 clasificaron por primera vez a la final, tras dejar en el camino (por penales) a River Plate de Argentina, aunque el equipo torero no pudo contra Olimpia de Paraguay en la última fase.

“Ese año, a nivel internacional, nadie confiaba en nosotros. A lo largo del torneo nos tocó enfrentar a muchos elencos complicados y cuando medimos a River Plate, todos pensaban que iban a clasificar los argentinos, pero nosotros dimos la sorpresa”, cuenta Alcívar.

Pulgarcito, como lo conocían por su 1,65 metros, menciona que 31 años después, ese mismo panorama se le repite al Ídolo, pues en esta nueva edición de la Libertadores le toca enfrentar en semifinales al poderoso Flamengo.

“Actualmente se está dando lo mismo que nos sucedió en 1990. Esta vez no es River Plate, sino Flamengo, que es considerado uno de los mejores equipos del continente. Todos dan como un hecho de que los brasileños pasarán a la final, pero no hay que descartar a Barcelona, que siempre saca fuerzas cuando nadie lo espera”.