Édison Jiménez, quien por 20 años destacó en la práctica de kickboxing a nivel mundial, decidió volver al ring por una causa social. El deportista forma parte de la fundación Sin Fronteras, que ayuda a personas con discapacidad para su inclusión laboral, y conoció el caso del pequeño Santiago Q., quien nació sin piernas y vive en complicadas condiciones en la ciudad de El Chaco (Napo).

“Su padre es alcohólico y su mamá está detenida por venta de drogas. Quedó abandonado y vive en un cuarto pequeño en pésimas condiciones. Por eso decidimos buscar la manera de construirle una casita”, detalló Jiménez.

A la par que ideaba el proyecto recibió una invitación del austriaco Hannes Krakolining, quien le retó a volver al ring, la cual aceptó con la condición de que la taquilla del evento se destine en favor de la construcción del nuevo hogar de Santiago.

“Aceptó sin problemas y pactamos el combate para el sábado 11 de junio en la plaza de toros de El Chaco. Tendremos diez peleas preliminares con luchadores locales y de Perú y Colombia”, indicó.

Por eso retomó los entrenamientos regulares, ya que en 2016 fue su última pelea a nivel profesional. En su carrera fue triple campeón mundial. “Empecé con acondicionamiento físico para después pasar a la parte táctica y técnica. El profesor Cirilo López, que trabaja con boxeadores como Carlos Góngora, es mi entrenador”, manifestó.

Espera que la gente de El Chaco responda de forma masiva y estima obtener unos 5 mil dólares con la taquilla. De esta forma conseguiría la mitad del presupuesto estimado para la construcción de la casa para Santiago.

“Hacemos un llamado a empresas que se quieran unir a esta causa con aportes económicos o de materiales. Por ejemplo, el Ministerio del Ambiente nos donará madera que ha sido confiscada. Todo suma para darle una gran alegría a Santiago”, sentenció. 

APOYO COMPLETO

Como parte de la ayuda a Santiago, la fundación Sin Fronteras consiguió que Genaro Q., el padre de Santiago, sea acogido en una clínica de rehabilitación para tratar su alcoholismo. “Esperamos que acepte esta oportunidad, ya que también conseguimos una plaza de trabajo cuando salga del centro”, señaló Jiménez.

El deportista, además de su labor en la fundación, es docente y da clases de defensa personal a los niños y jóvenes de la Loma de Puengasí, en el suroriente de Quito.