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Carlos Muñoz: 29 años sin sus bromas, goles y cariño
Quienes lo enfrentaron y fueron sus compañeros, lo recuerdan como un tipo lleno de humor y excelente jugador.
“Era pura energía, verlo era un show dentro y fuera de la cancha. Yo comenzaba mi carrera en el equipo de Primera, y Carlitos te transmitía mucha alegría”. Así recuerda José Cevallos a Carlos Muñoz Martínez, el jugador que hace 29 años se fue para el club ‘Cielo FC’.
Carlitos era un ídolo dentro del Ídolo. Pero un 26 de diciembre escribió la Navidad más triste del mundo amarillo, cuando un accidente de tránsito le dio el boleto para el más allá. Atrás quedaron en la retina de los fanáticos los tres goles que le había hecho a El Nacional.
Carlos Muñoz Vergara, su hijo, reside en Nueva Jersey y aunque no lo conoció, debido a que su mamita estaba embarazada cuando ocurrió el trágico deceso, se ha ‘comido’ todos los videos de los goles del Frentón. Sin embargo, dice que lo que más le sorprende es el cariño que la gente le sigue teniendo a su famoso progenitor, algo que para él no tiene precio.
Kléber Fajardo fue compañero de Carlos Muñoz en la selección de Guayas y rival cuando el Cabezón defendía a Emelec. “Carlitos era alegría pura, un tipazo, era capaz de sacarle una sonrisa a todos. Fuimos seleccionados por Guayas en un torneo en Esmeraldas. Muñoz ha sido uno de los jugadores más completos que han existido en Ecuador. Podía jugar de volante, delantero, como 10, era difícil de marcar, tenía muchos recursos, habilidad, velocidad y picardía”, expresa Fajardo.
Mientras que el periodista Walter Ruiz Jaén, de Caravana y Diblu, lo recuerda así: “Hay personas que llegan al corazón de la gente y se meten en el alma. Carlos Muñoz fue uno de esos. Hay chicos que nunca lo vieron jugar, pero miran uno que otro video y tienen un concepto espectacular de lo que fue el Frentón Muñoz”, dice el comunicador.
29 AÑOS
Aquel 26 de diciembre de 1993, Ecuador salía de una Navidad cuando la noticia de la muerte de Carlos Muñoz, en la vía Progreso-Playas, dejaba a todos helados. Y 29 años después, el lugar tiene dos cruces y un letrero en honor a Muñoz.
En la cruz grande están tres banderas de Barcelona que flamean día y noche, y hay varias leyendas escritas con marcador que evidencian el cariño y afecto para el jugador amarillo.
A un costado hay una cruz pequeña y en esta han colocado un muñeco amarillo. En realidad no se sabe qué significa.
Y más allá, un letrero en honor a Carlitos.
Hinchas canarios, cada vez que pasan por el sector, se bajan y dedican varios minutos para observar el último lugar donde estuvo con vida Carlos Muñoz.