Los jugadores, cuerpo técnico y dirigentes de Barcelona hicieron lo suyo: ya tienen la estrella 16. Pero alcanzar un título para algunos hinchas es ‘cosa seria’ y en medio de la descarga de adrenalina hasta hacen promesas. Y las cumplen porque sí.

Incluso hay fanáticos que se pasan de ‘rayados’. Después de leer las historias que hoy les tenemos, usted, querido lector, podrá decir que realmente “están todos locos”.

Uno, en Guayaquil se ha dedicado a pintar cuadras enteras con los colores del Ídolo, otro tenía 24 años sin cortarse el pelo y lo hizo afuera del Monumental y otro hasta se compró un anillo de oro en cerca de 2.000 dólares en honor a los canarios.

METROS Y METROS DE COLOR

En uno de los sectores más populares de Guayaquil, en el Guasmo Norte, Miguel 'Pajarito' Arana es un hincha amarillo que se califica a sí mismo como un “enfermo” por el equipo.

Hace varios años había pintado unos murales con los colores y símbolos del club canario, pero dijo que si conquistaban la estrella 16 los iba a volver a pintar y que realizaría más.

Hasta ahora lleva dos. Uno de ellos es tan grande que abarca una cuadra entera. La pintura corrió a través de 30 metros de largo y tres de alto. Una locura de verdad.

“Esto es Barcelona, esto es mi pasión. Dicen que Pajarito está loco, creo que sí; pero la estrella 16 es una motivación para todos los que hacen el Ídolo. Estos días de enero la gente anda feliz por la 16”, expresó Arana, integrante de la barra Los Canarios.

Además de los murales, el aficionado espera en los próximos meses organizar un evento en el que los barcelonistas de Guayaquil y del país puedan estar presentes.

24 AÑOS SIENDO ‘PELÓN’

Raúl Montoya Espín, mejor conocido en la barra de Barcelona como Capitán Cavernícola, tiene 51 años, de los cuales 24 no se había cortado el cabello. Lo lucía larguísimo. Sin embargo, hizo una promesa: si Barcelona lograba la estrella 16 se lo iba a ‘bajar’. Y lo cumplió. Lo hizo en los exteriores del Monumental, y donó su pelo a una causa social de Solca.

Montoya cuidaba su melena como si fuera un tesoro. Se podían meter con todo, menos con el cabello. “Soy lo contrario a la historia de Sansón que cuenta la Biblia. Cuando me cortaron el pelo, me vino más fuerza para luchar por la estrella 17”, comentó Raúl.

Muchos amigos le preguntaban siempre que cuándo se iba a ‘volar’ la cabellera. Y con la estrella 16 llegó la respuesta.

“Viendo bien todo lo que sucedió en el 2020, estaba complicado que mi equipo salga campeón, pero lo fue. Ahora espero que me crezca el pelo y ojalá que para esa fecha ya podamos volver al estadio”, dijo Montoya Espín con su característica voz ronca.

EL ANILLO DE LA 16

Alberto Rivera es hincha amarillo desde que nació. Tenía un anillo con el escudo de Barcelona, pero desde inicios de diciembre del 2020 proyectó hacerse uno más grande y mejor. Sabía que eso le vendría bien con la estrella 16.

El valor del anillo bordea los $ 2.000 y comenta que todo fue por fe, nada más. Y que al final, él no pagó la mayor parte del costo de la nueva alhaja, sino el esfuerzo de los jugadores del Ídolo. “La verdad, si Barcelona no era campeón me tocaba asumir todo el gasto, pero varios amigos apostaron a que el Ídolo no iba a ser campeón. Yo no aposté marcadores, yo iba al todo o nada y gané. Yo sí le tenía fe al equipo y ahora me quedo con las palabras del profesor Bustos, quien hablaba de la fe, la misma que tuve yo”, manifestó Rivera.

FESTEJO A LO GRANDE

Mientras que en La Troncal, las muestras de alegría por el Ídolo del Astillero fueron grandes. Rómulo Alcívar, fanático canario que había estado en las dos finales del 2012 y 2016, cuando salió a festejar hizo la promesa de hacerle un homenaje al cuadro amarillo en su ciudad.

“De La Troncal han salido muchos hinchas amarillos, que han demostrado lo que significa el equipo para nosotros. Hablaremos con los dirigentes, la idea es que el equipo amarillo sienta que de acá el apoyo es total”, anunció Alcívar, que tiene el primer estadio ecológico del país, ubicado en medio de las bananeras.