Miércoles 20 de julio de 2005, única final que hasta ese momento habían jugado Barcelona y Liga de Quito. Era el torneo Apertura porque ese año se dividió en dos el campeonato nacional.

En el segundo tiempo, un centro del marcapunta Ángel Escobar fue dirigido a la cabeza de Geovanny Caicedo que abrió el marcador. Era el 1-0 en el Monumental; 50.000 personas lo vivían y la ilusión de ser campeón era todo.

Quince años después, Escobar recuerda aquel día: “Fue una locura el estadio, estábamos enfocados en ganar ese partido. Recuerdo que había regresado Agustín Delgado, era nuestra carta en la delantera. El entrenador de aquel año era el profesor Juan José Peláez. El estadio estaba a reventar, el primer tiempo fue cerrado y se nos estaban llevando el empate”, recuerda el marcapunta canario, quien ahora tiene una escuela de fútbol en Milagro.

Sobre el gol, este aún está latente: “Hay un tiro libre, se centró la pelota y Geovanny Caicedo la metió de cabeza, todavía recuerdo la explosión de los hinchas. ¡Qué locura!”.

“Nos pusimos en ventaja y sabíamos que nos quedaban 90 minutos más. Aquí vino la parte triste, tenía cuatro tarjetas amarillas, me cuidaba de que no me saquen la quinta, pero el árbitro lo hizo y me perdí la final que se jugó en Quito, donde ellos nos ganaron 3-0 y fueron campeones”, manifiesta con nostalgia Escobar.

Sobre el partido de hoy, dice: “Los barcelonistas estamos a la expectativa de lo que se haga en los primeros 90 minutos. Lo bueno es que está demostrado un buen fútbol. Los veo convencidos de que este año van a dar la vuelta olímpica en Quito. El haber clasificado en la segunda etapa es una inyección que está recién puesta y eso sirve. Vienen marcados muchos goles, es una gran ventaja”.