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Barcelona: Diego López y los tatuajes que llegaron cuando dejó de ser jugador
El DT amarillo tiene tres hijos, que nacieron durante su permanencia en Italia. Dos de ellos le siguen ya los pasos y están entrenando en Uruguay
El entrenador de Barcelona, el uruguayo Diego López, no estará en el banquillo del Ídolo para el Clásico en el estadio Capwell. Le tocará sufrir desde las gradas, debido a la expulsión que tuvo ante El Nacional.
A López, quien hizo su vida en Italia, no le gusta hablar de su vida. Pero hay un detalle que se lo nota desde lejos: sus tatuajes. Sí, la moda que se impone en muchos jugadores y ahora lo alcanzó a él.
Sin embargo, la historia de Diego con los grabados es reciente, pues cuando él era jugador no le gustaban. Todo empezó fue cuando se retiró del fútbol.
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Memo, como se lo conocía al DT en su época de jugador, hablaba en casa con su esposa sobre sus compañeros y sus tatuajes. A él no le llamaban la atención, hasta que un día amaneció con las ganas de hacerse un grabado y todo cambió. “El tinte es adictivo”, asegura, al tiempo de confesar que está pensando hacerse uno más en Guayaquil.
Es la primera vez que el entrenador amarillo habla sobre su piel marcada.
¿Cuántos tatuajes tiene?
¿Tatuajes? ¿Vamos a hablar de ellos? Tengo un montón.
¿Muchos?
Un montón, todo comenzó con el nombre de mis tres hijos: Thiago, Ian e Inty (nacidos en Italia). Pero fueron los nombres, luego te gusta y me los hice en figuras de los tres. También tengo más, de pero de la familia. Fueron al principio, luego me hice varios.
¿Cierto que todo es cuestión del primero, luego siguen más y más?
Creo que sí, uno se hace adicto a los tatuajes; es más, tengo uno en italiano. Pero el otro día estaba buscando un sitio para hacerme más. Tengo en los brazos, en el pecho... Hay algunas frases que me gustan. Una de ellas dice: “Familia, donde la vida comienza y el amor nunca acaba”.
¿Desde cuándo en el mundo de los tatuajes?
Lo mío es increíble, yo antes solo los veía, terminé mi carrera sin tatuajes. No me llamaban la atención para nada, creo que tenía 38 años y me hice los primeros.
Yo le decía a Alexandra, mi señora, que no se los haga y después ella me decía: ‘mirá que te han gustado’. Y ahora tengo un montón.
¿Y ahora en Ecuador?
La verdad que ando buscando el lugar en el cuerpo, son cosas que a uno le comenzaron a gustar.
Hablando no de fútbol, ¿ya probó el encebollado o sigue con la pasta?
Todavía no he probado el encebollado, sigo comiendo pasta; me han hablado mucho de este plato y sé que tengo que probarlo, todos me hablan de eso.
No dejará pasar mucho tiempo como con los tatuajes...
Nooo... Lo voy a hacer lo más pronto.
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