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Celeste y José podrían ser los hinchas con mayor edad en el estadio Monumental.Jerson Ruiz

Celeste y José: la conmovedora historia de amor por el Barcelona de una pareja de abuelos

Celeste Fuentes, de 72 años, y José silva (75), comparten su amor y afición por el Ídolo. Ella antes era emelecista. Esperan con ansia a Independiente

Pasión por Barcelona. Dos almas enamoradas del amarillo: Celeste Manuela Fuentes y José Silva, una pareja que ha sobrevivido al paso de los años y que ha sido moldeada por el amor al Ídolo. Con la lentitud que solo el tiempo puede imprimir en sus pasos, estos abuelitos se desplazan desde su hogar en el bloque 5 de Flor de Bastión, al norte de Guayaquil, hasta el estadio Monumental.

Y lo hacen con una determinación inquebrantable y un entusiasmo que desafía su edad. Son dos o tres horas de anticipación, porque para ellos, estar cerca de su equipo es como un ritual sagrado que requiere preparación.

147 años de pura pasión amarilla se acumulan entre estos dos corazones. Celeste, con sus 72 años, es una verdadera “abuelita canaria” desde la cuna. Su guardarropa rebosa de camisetas del Barcelona, superando la cantidad de ropa de paseo que posee.

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Pero, sorprendentemente, el camino hacia Barcelona no siempre fue su destino final. Hasta 1994 su corazón pertenecía a Emelec, aunque de manera más apacible. Su marido, José, de 75 años, siempre fue un inquebrantable amarillo.

El fútbol de antes, los jugadores legendarios como Chuchuca, Madruñero y Carlos Muñoz son los recuerdos que pintan su trayectoria como hincha.

Gorra y camiseta de Manuela para ir al estadio, siempre de la mano del amor de su vida José.Jerson Ruiz

Pero el destino los unió a ambos en una nueva dirección. Una camiseta de Barcelona, regalo de José en 1994, cambió el rumbo de Celeste hacia el amor por el Ídolo. La rivalidad futbolística en la relación no tenía lugar, y la sabiduría del amor prevaleció. Ese amor, como el más fino de los vinos, ha madurado y fortalecido con el tiempo. La sonrisa en el rostro de Celeste lo dice todo.

PURA PASIÓN

Los desafíos de llegar al estadio no son impedimento para este dúo incansable. Tomar varios buses puede parecer un viaje extenuante para algunos, pero para ellos, es parte de la travesía emocional que están dispuestos a asumir. Barcelona los une más allá de las dificultades y los acerca a su lugar sagrado, el Templo como le dicen al Monumental.

La pasión de estos abuelitos no se detiene. Se han convertido en fervientes admiradores del fútbol femenino, siendo los primeros en llegar a los partidos. La risa y el humor nunca faltan en sus palabras, incluso cuando Celeste lanza una pícara indirecta a la dirigencia amarilla, esperando una nueva camiseta que renueve su amor por el equipo.

“Nos gusta ver jugar al equipo, estar en el estadio, es un lugar donde ambos podemos estar”, comparte José, una frase simple que encapsula años de pasión compartida. Y mientras el tiempo avanza, ellos rezan por una vida más para seguir alcanzando el estadio que les trae felicidad.

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