Aucas y Emelec se encontraron en el estadio Gonzalo Pozo Ripalda con la intención de ganar sí o sí. El local para dar un golpe de autoridad en la lucha por quedarse con la etapa y la visita para ilusionarse, verdaderamente, con llegar a una nueva final de campeonato nacional.

Y con esa premisa de ir por la victoria, ambos no querían dar licencias al otro para hacerse daño, tampoco tomaban riesgos. Desde el inicio, tanto orientales como eléctricos eran enfocados en su idea y no le daban espacio al rival en sus áreas. Era un duelo de ajedrez, sumamente táctico.

No se hacían daño. Aucas intentaba con centro al área en busca de sus dos delanteros, Juan Manuel Tévez y Roberto Ordóñez, pero tanto Aníbal Leguizamón como Marlon Mejía los tenían bien referenciados. Lo que sí lograba detectar Aucas, por ratos, era el pase en carriles interiores al borde del área, que usualmente dejaba un hueco la zaga azul.

Emelec tuvo dos contragolpes que no lograron trascender. Primero juntando paredes desde el pie de Sebastián Rodríguez y que terminó con un centro impreciso de Bryan Carabalí, y en otro jugada, similar a la anterior, pero que acabó con un remate de media distancia de Alejandro Cabeza, el delantero designado ayer por Ismael Rescalvo. 

Pero en un partido en el que no le sobraban acciones de peligro, Rodríguez se puso el equipo al hombro y construyó una gran jugada que terminó con un remate suyo al arco de Hernán Galíndez, pero el portero de la selección tricolor le impidió el primer grito azul.

Ya en el cierre del compromiso, Luis Quiroz y el VAR debieron analizar una jugada de posible penal por una mano de Mejía. Al final, el juez central no lo dictaminó y no se hicieron daño en los primeros 45 minutos.

El complemento inició con una superioridad evidente y manifiesta de Aucas. Los orientales se activaron en ataque y dejaron los nervios en el camerino. Ya era tiempo de hacer sentir por qué son los líderes del torneo y de tantas arremetidas, terminaron haciendo figura a Pedro Ortiz.

El portero de los azules salvó dos jugadas claras de gol para los locales, la primera a Juan Manuel Tévez en un mano a mano y después un testazo de Carlos Cuero, perfectamente ejecutado.

Era mejor Aucas, pero Emelec haría sentir su jerarquía. Un recuperación en el área eléctrica de Marlon Mejía, inició la suma de pases que terminarían en los pies, primero de Dixon Arroyo, quien amagó con disparar, dejó en el camino al zaguero amarillo y luego filtra un pase preciso a Cabeza, quien pone bien el cuerpo, y define perfecto ante el achique de Galíndez. Los azules golpeaban en Chillogallo.

Los azules se llenaron de confianza y el 0-1 era un golpe anímico para ellos. Emelec tuvo otro oportunidad para alargar el marcador, pero Diego García no tuvo la dirección precisa para enviarla al arco.

Aucas se llenaba de centros y no encontraba claridad. Emelec parecía tener el partido en el bolsillo, no lo sufría, pero de tantos centros iba a lograr hacer daño. Cano centra de forma perfecta al corazón del área y aparece Carlos Cuero solo para elevarse e igualar las acciones con un frentazo perfecto. Pedro Ortiz se estiró, pero fue inatajable.