Argentina puso el gol y se llevó los puntos en la Bombonera. En un duelo de pocas emociones, Ecuador cayó en el debut de las eliminatorias, pero lejos del caos que se podía prever por la falta de trabajo con Gustavo Alfaro, la Tricolor mostró una cara interesante defendiendo y se fue con las manos vacías solo por un penal.

La ilusión por volver a ver a la selección nacional estaba latente y el plan Alfaro tocaba sus primeras notas en la eliminatoria. Argentina no iba a ser un desafío fácil de superar, pero más allá del resultado, el ecuatoriano quería ver el futuro de esta selección y el resultado no fue del todo negativo.

Está claro que la victoria es la que ayuda a sumar y llegar al próximo mundial, pero Ecuador llegaba a este duelo con un DT con menos de un mes en el cargo y apenas dos entrenamientos en su espalda. Sumado a esto, obligado a ejecutar una transición de jugadores emblemas en el combinado nacional.

Ecuador jugó replegado todo el primer tiempo. Argentina era dueño del campo y la pelota, sin embargo la Tri agrupó varios futbolistas alrededor del área de Domínguez y por eso no pasó tan mal hablando de jugadas de peligro.

Pronto en el desarrollo, un penal claro de Estupiñán sobre Ocampo iba a inaugurar el resultado. Quién más que Messi para enfrentar a Domínguez y vencerlo por la vía del penal.

Ecuador continuaba esperando, pero aunque el trabajo defensiva era bueno, en ataque era muy pobre lo mostrado por el cuadro de Alfaro.

Enner Valencia no tuvo un partido para guardar en el recuerdo. El único delantero que colocó la selección no estuvo claro en su rol de pivotear, y combinar con sus aleros en busca de ampliar más la cancha y buscar una que otra jugada de peligro. Además, se sintió la falta de ritmo que viene teniendo en el fútbol turco, liga a la que recién se vinculó.

Los cambios de Alfaro fueron ofensivos y eso habla bien de la intención de juego que tiene el técnico argentino. Que tuvo dos escenarios diferentes, en el primero se encargó de aguantar al rival, estudiarlo y en el segundo optó por faltarle un poco el respeto.

Gonzalo Plata ingresó enchufado y en dos mano a mano que tuvo, causó estragos entre los defensores gauchos.

El tiempo pasó y la selección de Alfaro logró levantar del asiento a los ecuatorianos en algunas ocasiones. Claramente no es justo pedir resultados inmediatos y más aún contra un rival de la envergadura de Argentina. La derrota pasará, el trabajo del DT está empezando y la ilusión, en esta larga eliminatoria, está más viva que nunca.