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Al 'Apache' De Oliveira solo le falta la cédula
Pese a que lleva más de 40 años en el país, el exjugador brasileño de Barcelona, Emelec, entre otros, no ha podido recibir su nacionalidad.
La desenfrenada carrera hacia el banderín del córner, para luego rodearlo con pequeños pasos y al mismo tiempo levantando su puño tras marcar un gol, era el tradicional festejo de Alcides de Oliveira, exfutbolista que llegó al país desde Brasil hace 41 años para nunca más irse.
Es que el hoy entrenador en una escuela filial de Barcelona, también conocido como el Apache por aquella singular celebración, dejó el Vasco Da Gama brasileño a finales de los años setenta para jugar precisamente en el Ídolo del Astillero y anotar 42 goles entre los torneos de 1981, donde fue campeón con el conjunto amarillo, y 1982.
“Fue una alegría muy grande haber estado en Barcelona, un equipo grande, con el que marqué muchos goles y logré un título”, comenta con felicidad el otrora delantero, quien también recuerda con algo de nostalgia la manera en que tuvo que salir de la institución.
“Luego de ser dos años seguidos goleador del equipo, en 1983, el entonces presidente Isidro Romero me sacó del club porque pensaban que tenía una enfermedad del corazón, ¡pero estaba sano!”, dice aún sorprendido por la decisión.
El antecedente para su salida fue la alergia a un medicamento que le fue aplicado luego de un golpe en un partido y por el que relata cayó “en coma”. Dice que estuvo en ese estado más de tres horas “para despertar casi de un brinco a la una de la mañana”.
El Apache cuenta que luego le hicieron múltiples exámenes en el que se constató su buen estado de salud, sin embargo todo estaba consumado y tuvo que dejar el equipo al que “más quiere en Ecuador”.
Alcides, quien actualmente tiene 65 años, comenta que antes tuvo la oportunidad de ser transferido por el Ídolo al fútbol europeo.
“El Benfica, Vitoria Setúbal (ambos de Portugal) y el Leeds United de Inglaterra, pero en esa época el presidente Galo Roggiero (+) estaba pidiendo millón y medio de dólares por mi pase, se asustaron porque por jugadores sudamericanos no se pagaba esa cantidad, solo que fueras Diego Maradona”, recuerda mientras ríe.
Otro de sus múltiples episodios que permanece en la memoria de Alcides fue la vez que su potente remate ‘soñó’ a Walter Pinillos, exarquero de Aucas.
“El balón picó y le dio en la cara, estaba asustado porque no reaccionaba, incluso se lo llevaron en ambulancia y ya luego me dijeron que él estaba bien y quedé más tranquilo”.
En 1983 fue a Liga de Quito y sus allegados tenían temor de que algo le pase jugando en los 2.800 metros de altura tras el antecedente que lo llevó al hospital debido a la alergia a la medicina. “Pensaban que no iba a resistir, pero jugué sin problema y anoté más de 20 goles”.
Pese a que De Oliveira se siente un ecuatoriano más, cuenta que el cambio de Gobierno en 1992 detuvo los trámites que había iniciado para su nacionalización.
“Tengo cédula de residente, amo este país, digamos que soy un ecuatoriano no documentado”, sonríe el estratega que tiene hijos nacidos en el país, mientras confiesa que le hubiera gustado defender a la selección nacional.
El Apache, quien le inculca a los jóvenes que dirige la disciplina como base de todo, no duda en decir que “el fútbol de antes era mejor, ahora todo es más físico, de correr, cuando más bonito era ver a ese jugador diferente, que hacía la pausa para pensar y marcar la diferencia a veces con un solo toque de balón”.
Así es como Alcides de Oliveira ha desarrollado sus más de 40 años en Ecuador, entre alegrías, nostalgias y un enorme amor por el país.