Andrés Chicaiza, jugador de la Universidad Católica, tiene 28 años y una carrera en pleno desarrollo, pero irse preparando para el futuro es cuestión del presente.

El jugador acaba de obtener el diploma de técnico superior en entrenador de fútbol. Algo que lo venía pensando hasta que se hizo realidad. Es que Chicaiza nació para el fútbol y ahora él quiere quedarse de largo.

Ser entrenador es algo que le llama la atención. Afirma que de quienes lo han dirigido en diferentes clubes, ha aprendido algo de cada uno, lo que le ha servido para entender mejor lo que el entrenador le pide en cada jugada.

Como director técnico va paso a paso. Por ahora su mente está en lo que pueda hacer en el regreso del fútbol con la Católica.

¿Ya eres entrenador de fútbol?

Sí, gracias a Dios, ya tengo mi título de entrenador, algo que sé que me va a servir en el futuro. Pero hay que ir poco a poco aprendiendo de esto que nos gusta. Cada día es una experiencia más en la cancha, los entrenamientos y a eso hay que darle conocimientos.

Teniendo la carrera entera ¿ya piensas en el futuro?

No, todavía no pienso en ser director técnico, hoy por hoy lo único que quiero es jugar al fútbol y divertirme hasta cuando más pueda hacerlo. Después que deje mi carrera pensaré en si se puede dar esa opción o no, pero para eso hay que estar preparado sí o no, eso no es negociable.

¿Siempre te gustó ser DT?

No es algo que quizá siempre quise ser, pero está relacionado con lo que más amo, que es el fútbol. Por eso no quise desaprovechar mi tiempo libre en algunos años y decidí sacar este título, que sé que en algún momento me va a servir. El tiempo pasa y no vuelve, siempre hay que estar aprovechando los días.

Sabiendo cosas de un DT ¿ayuda para entender lo que quiere el entrenador?

Creo que va de la mano con los conocimientos que adquieres mientras estudias, pero creo que más aprendes en la cancha que en teoría, el día a día con todos los entrenadores que uno ha tenido te ayuda mucho y complementas con los estudios fuera de cancha.

¿Y te vez como entrenador a los cuántos años?

(Risas) Nooo, quizá es muy pronto para decir eso, aún no lo pienso, solo quiero dar lo mejor de mí mientras juegue y en el momento que sea la hora lo pensaré. Estoy muy guagua (pelado) para comenzar a dirigir.

¿Y ahora qué se viene?

Hoy, pues la verdad, quiero ser campeón con Universidad Católica, ese es el gran sueño y luchar para lograrlo y ser tomado en cuenta en la selección, que es algo que ya lo viví y quiero que se repita.

Las ansias de jugar son más fuertes.

Las ganas de estar de nuevo en el campo de juego son únicas. Dios quiera que ya se pueda dar porque es nuestro día a día, es nuestra vida y esperemos volver pronto. Pero con toda la seguridad sanitaria que estamos teniendo. No hay que olvidar que la salud es lo primero.

El regreso de la cuarentena, ¿cómo le tomó?

Tranquilo, con ganas de volver a los entrenamientos, pero a la vez con un poco de temor con todo lo que viene pasando en el mundo. Con fe en Dios que todos acá en el equipo estemos bien y de paso nuestras familias. Y que los hinchas del fútbol tengan paciencia en su vuelta a los estadios.

Al final ¿qué aprendió a hacer en los 90 días? ¡Hasta cambió el color del pelo!

(Risas) Sí, nuevo look y aprendí a valorar muchas cosas en casa y también a valorar más mi lindo trabajo y a darle las gracias a Dios por todo lo que me ha dado.

Ahora la vuelta es con todo, a buscar ese puesto en la Tri.

Las ganas de estar nuevamente en la selección son únicas y luchar por eso, pero debo hacer un buen año con mi club.