La vida de Susana Collaguazo gira en torno a Aucas. A sus 52 años está cumpliendo un sueño al ver al Papá por primera vez en las finales del torneo nacional. Su pasión por el ídolo del pueblo es tan grande que lo ha acompañado por varias ciudades dentro y fuera del país.

No le ha importado si los orientales jugaban en segunda o como ahora, que son protagonistas en la Serie A. “Aucas es muy importante en mi vida, el único que me saca lágrimas. Estoy pensando todo el día por el equipo”, afirmó emocionada.

El cariño por Aucas lo heredó de su padre, José Collaguazo, que al igual que el equipo capitalino tiene 77 años de vida. “Mi padre me transmitió el amor por los colores amarillo, rojo y plomo”, comentó.

Fue a su progenitor a quien abrazó y con quien lloró al conseguir la histórica clasificación a Copa Libertadores y a la final de LigaPro. “Fui un mar de lágrimas”, confesó Susanita, como la llaman sus compañeros de la barra Guardia Oriental.

Con ellos, en el estadio, detalló que se ‘bañaron’ en cerveza, así como lo hicieron los jugadores tras ganar la segunda etapa.

Sobre sus sentimientos, al estar tan cerca de alcanzar el primer título en la historia de Aucas, señaló que está con su corazón latiendo muy fuerte. “Estoy llena de ilusión, nunca hemos estado en unas finales, creo que me va a dar algo, tengo muchos sentimientos a la vez”, agregó.

Decidió no viajar a Guayaquil para la primera final y aprovechar el feriado para preparar con sus compañeros el recibimiento que darán al equipo en la revancha, el domingo 13 de noviembre en el estadio Gonzalo Pozo.

“He dado todo por Aucas, nos falta el último escalón. Ojalá Dios nos permita dar la vuelta olímpica”, sentenció Susanita, quien confía en celebrar en las gradas la primera estrella de su querido Papá Aucas.