Los Juegos Olímpicos de Tokio terminaron el 8 de agosto de 2021 y desde entonces no se supo nada más de Alexandra Escobar. Al ser ella la halterista activa con más historia en este deporte y que incluso estuvo cerca de la medalla en los Juegos de Río 2016, su comentario tras el oro de Neisi Dajomes en pesas, era vital. Sin embargo, ella desapareció del mapa.

Hoy, con ánimos y sueños renovados, la esmeraldeña de 41 años reconoce que fueron días difíciles. Sufrió de depresión y llegó a estar por varios días aislada. EXTRA conversó con ella y le confesó que por más de cuatro meses no quiso saber de nada ni de nadie que tenga que ver con el deporte.

Pero recapacitó, el viernes 17 de junio Escobar se embarcó en una nueva aventura: aceptar la designación de abanderada y participar en el inicio del nuevo ciclo olímpico, los Juegos Bolivarianos de Valledupar 2022.

“He vuelto más feliz y orgullosa de representar al país. Es verdad que en Tokio dije que eran mis últimos Juegos Olímpicos, pero conversé con mi entrenador y decidimos asistir a estos Juegos Bolivarianos para ver cómo nos va”.

Agregó que “decir que seguiré en los Juegos Sudamericanos, Panamericanos y luego París creo que es muy precipitado aún. Vamos pasito a pasito”, con la amplia sonrisa que la caracteriza.

TRICOLOR HISTÓRICA

Con cinco Juegos Olímpicos a cuestas, Escobar será también la deportista bolivariana con más participaciones en justas de este tipo al sumar este año seis, todas con medallas de oro. “Estoy feliz, ser abanderada es una de las distinciones o responsabilidades más importantes que puede recibir un deportista, y aquí estoy”, precisa.

Hablar sobre su participación en los Juegos de Tokio no es algo que le llene. La que iba a ser su última intervención en los 95 kilogramos fue como “una pesadilla”. Falló en los tres intentos de levantamiento que tuvo y quedó eliminada automáticamente. El mundo se le vino encima.

“Después de los Juegos Olímpicos no quise saber de nada ni de nadie. Estuve muy mal, me pegó muy duro. Me deprimí mucho. Me repetía que no podía terminar así mi carrera, no era como quería”.

Resaltó que “me he dedicado en cuerpo y alma, literalmente, y que de repente se acabe así, no era justo. Pero recapacité. Entendí que la medalla de Tokio no era para mí, y que lo importante es que al final la consiguió el país con Neisi (Dajomes). Y no una, sino dos: oro con ella y plata con Tamara (Salazar), que fue lo mejor de todo”, aclara, feliz.

CON TRANQUILIDAD

De cara a lo que deparará la temporada, Escobar primero se enfocará en los Juegos Bolivarianos. Venía entrenando a distancia en Esmeraldas y recién hace dos semanas trabaja presencial con su equipo en Guayaquil. Tiene recelo porque “hay muchos jóvenes de nivel muy elevado”, pero apela a su experiencia.

“Nunca me he rendido, peor lo voy a hacer ahora. Veré cómo me va en Valledupar y luego analizaré si iré a los Juegos Sudamericanos que serán este mismo año en Asunción, Paraguay”, remata.