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Algunas mujeres podrían tener cientos de orgasmos al día, te explicamos cómo
Un trastorno de excitación genital persistente puede hacer que las mujeres tengan orgasmos cientos de veces al día. A unas les impide trabajar e incluso salir de su habitación
En un viaje en avión, de 6 horas, Carla experimentó un orgasmo tras otro, a intervalos de no más de cinco minutos. Tuvo que levantarse al baño cuando no le era posible disimular la fuerte intensidad de algún orgasmo. Cuando llegó a casa siguió y siguió, por una semana. No pudo salir de casa, incluso ni de su habitación. Luego, su cuerpo se calmó, pero nada le ha garantizado que estos episodios no se repetirán.
Aunque Carla tenía orgasmos constantes, no estaba mentalmente excitada. Ella tiene una afección médica poco conocida llamada trastorno de excitación genital persistente (PGAD, por sus sigla en inglés), el cual puede causar una variedad de síntomas que incluyen orgasmos espontáneos, hormigueo y palpitaciones en los genitales, incluidos los senos, así como el que haya lubricación e incluso lactancia y la sensación de estar en estado constante de excitación. Lo que es clave aquí, es que estos síntomas por lo regular no coinciden con el deseo sexual y tampoco se conocen causas ni curas para ellos.
Los síntomas pueden estar presentes todo el tiempo o pueden aparecer y desaparecer en brotes, provocados por cosas como las vibraciones de un viaje en automóvil o imágenes sexuales. Las personas que han reportado padecer el PGAD, dicen que experimentan orgasmos espontáneos y algunas veces síntomas dolorosos.
El consejo de la Dra. Anne Louise Oaklander para las personas que experimentan síntomas de PGAD es: consulten a un neurólogo. Oaklander, neuróloga del Hospital General de Massachusetts, es la autora de un estudio que analiza las experiencias de 10 mujeres con trastorno de excitación genital persistente. El estudio, publicado en enero de 2020, encontró que la afección puede ser causada por fallas sinápticas en los nervios que transmiten las sensaciones de los genitales o por daño en la médula espinal.
De las 10 mujeres en el estudio, las cuales tenían entre 11 y 70 años, un daño que afectaba la parte superior o final de sus nervios era la causa más común del padecimiento, publica Oaklander y afirma que una vez que un neurólogo puede determinar la causa de algo, los médicos potencialmente pueden comenzar a tratar de resolver el problema, con medicamentos u otras intervenciones médicas. Sin embargo, aún no existe la cura.