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¿Tienes las 'bolas azules'? Te ayudamos a identificar el problema
Este fenómeno 'blue balls' es más común en los hombres cuando existe una sobreexcitación y no se concluye la eyaculación. Te ayudamos a solucionar el problema
En la intimidad todo puede pasar. Muchas veces hay un placer intenso, lleno de emociones y adrenalina, pero por otra parte también existe el dolor. Hoy en día se ha vuelto muy común presentar o padecer algunas dolencias durante las relaciones sexuales. Y una de ellas es cuando asoma el ‘blue balls’ o las ‘bolas azules’.
“El síndrome de las ‘blue balls’ consiste en la congestión de los testículos cuando un hombre no culmina el acto sexual”, opina Jesús Reyes, sexólogo y especialista en medicina familiar y agrega que cuando los testículos están bien congestionados hacen que los escrotos tengan un tinte azulado o morado.
Cómo distingo el 'blue balls'
Pues cuando se percibe un pinchazo en la zona genital (precisamente en los testículos). Según Reyes, es un dolor con una intensidad muy variable entre una persona u otra. "Hay quienes hablan de una experiencia de dolor insufrible y otros de una ligera dolencia que se prolonga en el tiempo de 20 a 30 minutos", señala.
Lo recomendable es poder eyacular. Con la eyaculación, dice, el dolor sede y baja, pero cuando habiendo 'terminado' se mantiene mucho en el tiempo, habría que ir a al centro médico más cercano porque ya sería otro tipo de problema.
Pero este ‘fenómeno’ se lo conoce más en Latinoamérica. Según Alberto Álamo, sexólogo y catedrático universitario español, el “dolor de huevos” es una dolencia recurrente que sí tiene una explicación fisiológica porque es una vaso congestión en la sangre que, para que haya una erección, los cuerpos cavernosos del pene tienen que llenarse de sangre, así como todo el genital, para que se lleve a cabo toda una serie de procesos y termine con eyaculación; pero con este síndrome el ‘acabar’ se dificulta.
Álamo dice a EXTRA que esto no es un mito sino una realidad, pero está en contra que se le de una identidad clínica a cada dolor. “Es un fenómeno habitual, de hecho, es un fenómeno que sucede cuando hay una excitación -y a lo mejor una sobreexcitación- y después no se concluye con la eyaculación o llega muy tarde, pero es un fenómeno común, no habría que darle una identidad clínica porque no la tiene”, sostiene.
Y es que estas cosas son ‘gajes’ de las interacciones sexuales, y acorde al profesor universitario, no deben tener más trasfondo ni trascendencia porque "hay fenómenos que tiene que ver con procesos incomodos con dolor que son propias de las interacciones".
"Por ejemplo, cuando hay una relación entre un hombre y mujer en donde hay una penetración vaginal, llega un momento en que si la penetración dura mucho tiempo puede que haya una falta de lubricación y haya alguna dolencia en el pene o vagina, fruto del rozamiento”, explica, y por eso precisa que no tiene identidad clínica trascendente, porque son cosas que suceden dentro de toda la gama de conductas e interacciones de los seres humanos.
La mujer lo siente, pero de diferente forma
La mujer puede presentar ese fenómeno, pero de manera distinta, ya que el clítoris es un órgano inervado que también se llena de sangre y se erecta, entonces puede ocurrir un fenómeno parecido, pero no igual. La causa tiene que ver con la excitación que hace que el cuerpo se active y que el sistema nervioso parasimpático pueda distribuir la sangre para prepararlo a una relación erótica.