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Jordi el ‘negro de whatsapp’Internet

El ‘negro de whatsapp’ supera la depresión

El personaje ficticio más famoso de 2016 ahora es motivador personal

Es casi seguro que la imagen del ‘Negro de whatsapp’ no es real. Pero si lo fuera, seguro batiría todos los récords. Aunque quizá para él esto no sería motivo de satisfacción, pues tendría serios problemas con su exagerado ‘atributo’ en la entrepierna a la hora de activar su pasión.

Para responder a las múltiples incógnitas que rodean a este no tan pequeño personaje, un canal de YouTube recreó, en enero de 2016, una entrevista con Jordi, sí, ese es el nombre del aclamado ‘Negro de whatsapp’. La ‘cita’ quiso dar a conocer el otro lado de su historia, con algo de ficción y ayuda de montajes, pero su historia al final de cuentas.

Si el ‘Negro de Whatsapp’ fuera real

Jordi tenía una vida completamente común o algo casi parecido. Las complicaciones de vivir con un ‘macropene’ le son rutinarias: ya sea al andar en bici, cuando quiere comprar un preservativo o incluso a la hora de usar un urinal. Sobre todo, considerando que le tiene fobia a los gérmenes. ¿Cuántas bacterias pueden caber en un miembro tan largo?

En fin, dentro de lo que se puede considerar normal, vivía en paz, pero eventualmente, todo comenzó a cambiar para Jordi. Sucedió cuando ya lo reconocían en la calle y le pedían ‘selfies’. Al principio no entendía nada, pues aunque era consciente de sus dotes, lo llevaba bien guardado ¡No había razón para tantas atenciones!

Luego empezaron los regalos. Llegaban de todos lados y de todos los tamaños, pero no fue hasta que recibió cartas cargadas de lujuria que se percató por dónde iba la cosa: Una fotografía suya se había filtrado. ¿Cuál? Justo la que se tomó en el hotel Mandalai en Las Vegas (EE.UU.), donde casi es obligatorio el uso de la piscina sin traje de baño, es decir, la reglas es chapuzón ‘encuerado’.

Pese a la rapidez y lo inesperado de su reconocimiento, admite que no tardó en aceptar la fama. Y claro, no era para menos, se había vuelto el personaje del año según ‘Whatsapp’ y esto no solo le consiguió muchas seguidoras, porque al mismo tiempo perdió otras tantas. El dinero no se hizo esperar, no tenía que contarlo, solo gastarlo. “Era una fiesta continua: alcohol, dinero, drogas, chicas”, añade durante la ‘entrevista’.

La gente por entonces se le abalanzaba por un autógrafo. Su rostro que prácticamente se hizo viral, animaba hasta los grupos de ‘Whatsapp’ más aburridos e incluso Artik Games Studio lo homenajeó con un video juego llamado ‘HardHat Challenge’. Su imagen se cotizó alto y fue solicitada para todo tipo de publicidad. Y lo mejor de todo - cuenta - “no tenía que ni que peinarme”. Es obvio, la atención de la cámara siempre estaba de la cintura para abajo.

Durante poco más de un año, lo que vivía iba de ascenso en ascenso, pero repentinamente, todo cambió.

El declive

La fama alcanzó su punto máximo y de golpe se acabó. Simplemente se fue. “Otros memes empezaron a sustituirme poco a poco. Fue como despertarse de un sueño. Cuando has estado en la cima, bajar cuesta, cuesta mucho”, contó Jordi.

Entró en una profunda depresión. No soportaba dejar de ser el centro de atención ni que las mujeres ahora lo vieran solo a los ojos. Quiso ‘colgar la toalla’ en más de una ocasión.

S convirtió en un meme del ayer y pasado de moda. Pues bien dice el dicho: chiste que se repite ‘dos millones’ de veces, no cae en gracia.

Jordi tuvo que renunciar a todos sus lujos - no podía pagarlos - y cambió su estilo de vida de forma radical.

Actualmente, por una recomendación de su doctor que lo operó de fimosis (quien afirma, pudo hacerse una chaqueta con la piel que sobró de la intervención) decidió intentar una nueva faceta. Sin prisa, lo ha ido logrando. Hoy se está preparando para convertirse en ‘coach personal’.

Quiere dedicar su vida a ayudar a trabajar el ánimo de los desafortunados que lo han perdido todo, como él.