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Personaje

Eliecer alimenta el estómago y el espíritu de su ‘padrino’, quien recibe con gusto la visita de su amigo.Romina Almeida/Extra

Vivió bajo un puente y hoy predica en estas estructuras

Eliecer Villamar fue esclavo de las tinieblas, ahora lo es de Jesús. Su ministerio está en las calles, evangelizando a los adictos que viven en puentes de Guayaquil y Pascuales

Por tres años el cementerio y puente de Pascuales fueron su guarida. Actualmente Jesús es su refugio. Su arma ya no es un machete amarrado a su muñeca, sino la Palabra de Dios

En 2013 el rumbo de Eliecer Villamar, de 39 años, cambió por completo, dejando atrás una vida delictiva llena de alcohol, drogas y prostitutas. Dice que el mérito es de Jesucristo, no de una religión, sino de una relación cercana con Él.

Por 12 años mi suegra oró por mi transformación. Ella me veía con armas y me profetizaba: ‘yo te veo predicando’; yo le decía usted está loca”, expresa Eliecer, a quien llamaban ‘la sazón’, porque era él quien llevaba droga a sus excompañeros del puente de Pascuales.

Jamás esperó que la declaración de su suegra se hiciera realidad y lo llevara a evangelizar bajo las estructuras del puente de Portete, El Velero, Patria, entre otros, donde se refugian los consumidores. 

Cada vez que sale a hacer la obra del Señor lleva consigo porciones de comida, pues él sabe lo que es pasar hambre en ese lugar. Es más confiesa que en ocasiones consumían los restos de alimentos que sus compañeros conseguían en la basura.

Tras el ‘padrino’

Pedro Pablo, de 44 años, fue su compañero de fechorías y consumo de drogas, por eso lo llama ‘padrino’. “Lo que pasaba con él, era conmigo. Una vez lo cogieron cuatro hombres para matarlo, por venganza, llegué yo y entre los dos nos defendimos. Cuando me apuñalaron él fue el único que estuvo allí”, manifesta Eliecer, quien cuenta que su amigo es conductor profesional, pero equivocó el camino hace unos 24 años por causa de la cocaína. Hace siete años habita en el viaducto de Pascuales.

El ‘ahijado’ no solo le lleva la tarrina de comida, le prepara un banquete para su alma y espíritu, le habla de aquel que lo hizo nacer de nuevo, Cristo. “Así como Él me sacó de esta oscuridad, también lo puede hacer contigo, dice.

Desde hace siete años Eliecer está limpio no solo de la cocaína, heroína y marihuana, sino de sus pecados... de su vieja vida

"En un tiempo trabajamos para las obras del diablo, ahora lo haremos para el Todopoderoso”, le indica a Pedro, quien pese a  tener una personalidad fuerte, no puede contener las lágrimas y asegura que pronto saldrá de ese sitio. Su ‘ahijado’ responde con un "¡aleluya!".

Junto a su esposa, en su negocio de pollos, del cual se provee para llevar comida a las almas que le predica.Amelia Andrade / Extra

Multiplicación del pollo

A donde él va comparte su testimonio. “Por un negocio ‘trucho’ hice $ 18.000 y en cuatro meses ya no tenía nada. Hoy las riquezas que poseo en Cristo no se comparan, tengo paz, gozo, soy bendecido porque recuperé a mi familia. Tengo con mi esposa el negocio de pollos, cuyo capital para montarlo fue donado por un hermano (que profesa la religión evangélica) que ni nos conocía. Y en pleno pico de la pandemia cuando los medios informaban que varios negocios quebraron, mis ventas se duplicaron. Es que bendito es el hombre que deposita su confianza en Dios”, enfatiza el evangelista, cuya iglesia es sobre ruedas, pues en su auto se desplaza en busca de las almas perdidas.

En su cuerpo tiene 45 puntos de sutura. A estos él los denomina las cicatrices de la desobediencia.Amelia Andrade / Extra

El pasado

    • Vivió en Santo Domingo, Mocache, Quevedo, Quito, Cuenca. Le tocó cambiar varias veces de residencia por las estafas, robos, y demás delitos, que lo llevaron a la cárcel.
    • Por $ 130 consiguió en Santo Domingo un muñeco hechizado que lo hacía ‘invisible’ cuando cometía sus infracciones, aún ante los ojos de la Policía.
  • En los años 2008, 2009 y 2012 Eliecer vivió entre el puente y cementerio de Pascuales.