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Buena Vida
La Virgen de la Elevación se ‘paseó’ por el cielo
En Tungurahua recordaron el prodigioso suceso que dio paso a masivos actos. En esta ocasión, por la pandemia, las actividades se modificaron
Una aparición registrada hace más de tres siglos sigue despertando la fe en miles de creyentes. Se trata de la Virgen de la Elevación cuya presencia fue recordada en parroquias tungurahuenses y sus devotos la aclamaron pidiendo sobre todo por salud ante las consecuencias de la pandemia.
Posteriormente, en un carro adornado con rosas, la representación presidió la caravana motorizada desde la catedral hasta el santuario de la Virgen en la parroquia Santa Rosa.
En estos eventos, las peticiones comunes de los devotos eran que ella interceda por el bienestar de las familias.
“Virgencita de la Elevación ruega por toda la Diócesis de la provincia de Tungurahua”, “Amada Madre del cielo derrama bendiciones sobre tus hijos”, fueron algunas de las peticiones de los cientos de fieles durante los actos.
Así se aclamó a la Madre celestial que con su niño en brazos, vestida de túnica con bordados de oro, fue vista en Chiquicahua hace 325 años.
Santa María de la Elevación, patrona de la Diócesis de Ambato, se le apareció al indígena Juan Chacarín enviado por víveres. Agotado por el largo camino que debió recorrer, el criado se quedó dormido junto a una peña hasta que una luz intensa lo despertó.
En aquella ocasión, la señora había pedido que se pinte sus imagen y se levante un templo, además que la gente haga penitencia para que cesaran la peste, el hambre, los temblores que hace siglos afectaban a la población.
La Virgen dijo al indígena que ella sería la esperanza para todos “cuantos a mí acudan…”.
El criado buscó al Fray Francisco Araujo, párroco de Santa Rosa de ese tiempo, para darle el mensaje celestial, pero no da importancia a la palabras de Chacarín.
Los escritos refieren que tras el terremoto de 1698, en que casas y templos se desplomaron, recurrieron otra vez a la Virgen.
El Fray Francisco escuchó el relato del indígena y por las descripciones que dio dispuso pintar la imagen de la Madre de Dios, como ella lo había solicitado y así surgió la veneración.
Este prodigio ha trascendido por generaciones, por ello, una vez más, el último fin de semana, en Santa Rosa, devotos acudieron ante ella para pedirle que cese esta calamidad.
Protectora de la provincia
Hace 71 años, monseñor Bernardino Echeverría decretó que Nuestra Señora de la Elevación sea la protectora de la Diócesis.
Según explicó el padre Mentor Acuña, tras su designación como el primer obispo de Ambato, monseñor Echeverría propuso que mediante decreto pontificio se la designe como patrona.
Desde 1954, cuando se colocó la imagen de la Virgen de la Elevación se la considera como la Madre celestial que cobija a todos.
Monseñor Giovanny Pazmiño, obispo de Ambato, dijo que este acto se cumplió después del terremoto que sufrieran en la ciudad, en 1949.
En las jornadas de recordación de la aparición se invitó a que la Virgen siga siendo la madre que cuida y acompaña al pueblo tungurahuense. (YIE)