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¿Por qué nos cuesta tanto decir trabalenguas?
Tres tristes tigres tragan trigo en un trigal. Pablito clavó un clavito, ¿qué clavito clavó Pablito? Estas son frases que probablemente escuchamos e intentamos repetir durante la infancia, muchas veces, sin éxito. Te contamos por qué se nos dificulta p
Tres tristes tigres tragan trigo en un trigal. Pablito clavó un clavito, ¿qué clavito clavó Pablito? Estas son frases que probablemente escuchamos e intentamos repetir durante la infancia, muchas veces, sin éxito. Te contamos por qué se nos complica pronunciar un trabalenguas sin enredarnos.
Un juego para perder
Los trabalenguas son parónimos; es decir, oraciones breves que incluyen palabras o sonidos que son muy parecidos entre sí, por lo que se nos dificulta repetirlos correctamente.
“El desafío es repetir el mismo trabalenguas muchas veces hasta equivocarse. La idea es un juego donde hay competencia con uno mismo”, explica para BBC Carlos Silveyra, escritor especialista en literatura infantil.
A pesar de que el origen de los trabalenguas es incierto, existe evidencia de que surgieron durante el Imperio Romano. Investigadores han encontrado frases como estas en latín: O Tite tute Tati tibi tanta tyranne tulisti (¡Oh Tito Tacio, tirano, tú mismo te atrajiste tan terribles desgracias!), del poeta romano Quinto Ennio (239 a. C. - 169 a. C.).
Confusión cerebral
Los trabalenguas están hechos para engañar. A pesar de que el cerebro está organizado —sobre todo la parte motora, que es la que mueve los músculos para hablar— al pronunciar en repetidas ocasiones un trabalenguas, y de forma rápida, llega un momento en el que te puedes equivocar, apunta BBC.
Se creía que el cerebro coordinaba la articulación de las palabras por el sonido. Sin embargo, en 2013, un estudio de la Universidad de California (Estados Unidos) reveló que el encéfalo ordena los músculos que se necesita mover para la pronunciación.
Pero, ¿cuándo puedes confundirte?
En el español, la parte delantera de la lengua permite la correcta pronunciación de las letras: r, l y t. Lo mismo sucede con las vocales que se emiten con la boca abierta: a y o.
Esa combinación confunde al cerebro sobre dónde debe poner la lengua, al decir algo rápido no procesa el sentido de las palabras. Entonces, cuando los músculos no están coordinados se vuelve casi imposible la pronunciación de los trabalenguas. A continuación un ejemplo:
“El cloro no aclara la cara del loro con aro de oro, claro que el cloro aclara el aro de oro en la cara del loro”.
¿Son beneficiosos los trabalenguas?
Sí. Los trabalenguas son beneficiosos para mejorar el habla, pero tiene su excepción. “Los trabalenguas se usan con algunos chicos, especialmente aquellos con dislalias”, asegura para ese medio la fonoaudióloga Liliana Arjona, docente de patología y terapéutica del lenguaje de adultos de la Universidad de Buenos Aires.
La dislalia es un trastorno de la articulación por la cual la lengua tiene la dificultad de conseguir la fuerza suficiente para emitir un sonido.
En general, los trabalenguas ayudan a mejorar la dicción y el ritmo del lenguaje. No obstante, si a una persona se le dificulta organizar el punto articulatorio, no es recomendado que se le someta a la complejidad de estas frases, pues termina provocando una frustración.