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Familia
¿Suegra y nuera bajo el mismo techo?
Si la relación se la maneja desde la comunicación, la madurez y los acuerdos, tu ‘caleta’ no será un gran campo de batalla y nadie saldrá herido
“Es una metida”, “Y ella, una vaga”. Calificativos negativos van y vienen en la casa de los Sánchez, quienes recibieron a su hijo y su esposa luego de que él quedara desempleado.
¿Por qué se da el conflicto? La psicóloga clínica y terapeuta María del Carmen Rodrigo indica que no necesariamente es por el amor del hijo o esposo; generalmente tiene que ver con el lugar de cada una. Es preferible que donde mande una mujer, no mande otra.
“No solo es la inseguridad, aunque esta hace que sean mayores las opciones de discusión”, señala la especialista.
Mientras que su colega Cecilia Bayas Arellano sostiene que la relación de ambas se trastoca por cómo comenzó la pareja. “A veces son registros negativos: ella quedó embarazada, hay celos. La madre percibe a su hijo en una relación que le resta. Por eso hay que cuidar lo que se les cuenta a los padres”, expresa Bayas, quien también menciona que la nuera puede tener situaciones no resueltas con su mamá o familia. Esto no se sana fácilmente, ella se va con su pareja y todo esto a su nuevo hogar.
Bayas puntualiza que “si el ambiente es terrible, el hombre no va a querer llegar a casa y pueden darse separaciones o divorcios”.
¡Apoye a la ‘ñora’!
Él es quien debe abrir los canales de comunicación, en los cuales ambas se desahoguen y hablen de forma educada. “Que sea al inicio, no cuando se ha hecho una bola de nieve”, aconseja Bayas.
Rodrigo afirma que un hombre que le dice a su conviviente: “no le hagas caso” o “¿qué quieres que haga?, es mi madre”, está dejando sola a su pareja.
“Si la mujer le dice: ‘no puedo estar más en esta casa, necesito que tomemos distancia de tu familia’, él debe apoyarla, la lealtad es hacia ella. ¿Qué pasa si le ‘jura’ fidelidad a sus padres? No está listo para ser esposo, porque sigue poniéndolos a ellos en primer lugar”, finaliza la experta.
EXTRATIPS
- La prevención es clave. Su pareja debe saber cómo es el sistema familiar, cómo es su madre y las costumbres dentro del hogar. La nuera debe de conocerlas, pues es la nueva. Pequeñas situaciones pueden crear varios roces.
- Realicen una lista de tareas y definan qué hace cada una. Fijar los acuerdos: una prepara el almuerzo, la otra la merienda, por ejemplo. Establecer si va a encargarse solo de su pareja e hijos (en caso de tenerlos) o si también va a ayudar al resto de la familia. Hablen de las obligaciones y los derechos dentro de casa. Los acuerdos pueden variar y deben ser revisados mínimo una vez al mes o cuando se den cambios.
- Analice sus tropiezos. La nuera debe preguntarse: “¿me levanto tarde?”, “¿soy muy desordenada”. La suegra: “¿soy muy estricta?”, “¿estoy exagerando?”.
- No se ama a quien no se conoce. Esfuércese, vaya más allá de su relación política. Puede sorprenderse y descubrir a un gran ser humano y buena compañía. Incluso puede hallar a una ‘madre’ o una ‘hija’. Por eso, que sus conversaciones sean constantes y fluidas.
- En los tiempos de comunicación hable en primera persona. Son válidas las frases: “yo quiero”, “yo necesito”, “yo estoy”. Así podrá expresar lo que siente y desea.
- Un error es ponerlo a escoger entre ambas. No lo ponga en esa encrucijada. Las ama a las dos. No son rivales.
- No lo tome personal. Puede ser que un agente externo (la enfermedad de un familiar, deudas u otra preocupación) haga que su suegra pase alterada en casa.
- Si la relación se volvió tirante, busque ayuda profesional. Es necesaria la intervención de todos. La terapia familiar será de gran utilidad.