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Este síndrome revela una necesidad extrema de afecto, validación y, en última instancia, una autoestima herida.freepik

El síndrome de la Cenicienta y sus afecciones a la dependencia emocional

El padecimiento surge como una necesidad excesiva de afecto, que lo sufren muchas mujeres. El trabajo interior y el amor propio ayudan a superarlo

El instinto de protección y cuidado, comúnmente asociado a la energía femenina, representa un don y virtud que pocos descubren y saben ejecutar de manera efectiva.

Cuidar desinteresadamente de otros no solo contribuye al desarrollo espiritual, sino que también fomenta un sentido de compasión hacia el mundo que nos rodea.

Sin embargo, cuando esta actitud en la vida surge a raíz de un sentimiento de miedo y carencia, puede resultar en heridas emocionales difíciles de sanar.

En un contexto que evoca cuentos de princesas, muchas mujeres asumen la total responsabilidad del hogar, la familia e incluso de los amigos, enfrentándose a situaciones que pueden impactar aspectos de su vida personal.

Es en este punto que el llamado síndrome de Cenicienta se hace evidente, revelando una necesidad extrema de afecto, validación y, en última instancia, una autoestima herida.

El psicólogo Andrés Freire asegura que la falta de atención parental es un factor clave que podría conducir a buscar dependencia en futuras parejas, mientras que una atención excesiva podría resultar en una dependencia constante en la edad adulta.

“Las posibles causas de la dependencia emocional se relacionan con el estilo de crianza y socialización en la infancia, cuando la atención y el apoyo recibidos son factores cruciales”, afirma.

La historia creada por los hermanos Grimm narra la vida de una doncella que es rescatada por un príncipe azul, un prototipo de hombre perfecto capaz de liberar a la joven indefensa de los crueles castigos de sus hermanastras.

Un estudio publicado por la Clínica de Investigación Relacional, a nombre del doctor argentino Roberto Arendar, determina que una autoestima saludable implica tener una imagen equilibradamente apreciativa de nosotros mismos, de manera que nuestras limitaciones no nos afectan al punto de desmoralizarnos.

“La propensión a desarrollar niveles tóxicos de vergüenza, así como las defensas construidas para evitar experimentarla, son indicadores fiables de la presencia de un trastorno en la autoestima”, asegura el experto.

“Las posibles causas de la dependencia emocional se relacionan con el estilo de crianza y socialización en la infancia, cuando la atención y el apoyo recibidos son factores cruciales”, psicólogo Andrés Freire

Para Carolina Gutiérrez, esta realidad que inicialmente se asemejaba a un relato encantado, se transformó rápidamente en el punto más bajo de su salud emocional. “Cuando tenía 19 años conocí a un hombre mayor que yo, que me trataba como una princesa, me sentía amada y protegida. Sin embargo, con el tiempo los roles se invirtieron y ya no sabía cómo manejar mi vida cuando él no estaba. Había desarrollado una dependencia muy profunda”.

Similar al cuento, las mujeres que se ajustan a este patrón de comportamiento experimentan una sensación constante de hipervigilancia, buscando evitar un posible abandono por parte de su pareja, ya que sienten que su supervivencia y valía dependen del otro.

El especialista en salud mental continúa: “La autoestima es moldeada, en muchos casos, por las interacciones sociales y las expectativas externas. Desear tener una pareja que sea responsable afectivamente está bien, pero depender de alguien para resolver problemas personales puede ser indicativo de dependencia emocional”, concluye.

Es crucial tomar la iniciativa, mejorar la autoestima y cambiar la percepción sobre las relaciones de pareja para romper con patrones negativos.

No se trata de buscar la perfección, sino de reconocer la capacidad de crecimiento y cambio. En este proceso, cada pequeño paso hacia la independencia emocional puede ser un logro significativo, ofreciendo esperanza y la posibilidad de establecer relaciones más plenas y satisfactorias.

También en los hombres

Aunque comúnmente se asocia el síndrome de Cenicienta al sexo femenino, es posible que los hombres también experimenten este fenómeno, ya que, en esencia, se trata de problemas relacionados con la dependencia emocional y una baja autoestima, que no distinguen de género. 

El Instituto Europeo de Psicología Positiva demostró en un estudio que los hombres que experimentan dependencia tienden a manifestarla de distintas maneras. A pesar de sentir una necesidad afectiva, es común que la expresen de manera más agresiva, buscando satisfacer sus propias necesidades emocionales, aunque esto pueda ir acompañado de un menosprecio hacia su pareja.

Recomendaciones

Para abordar esta condición, los expertos recomiendan como principal opción la terapia psicológica, con la cual se busca fortalecer la autonomía, fomentar actividades placenteras, ampliar las relaciones sociales y cuidar a la persona tanto a nivel físico como emocional.

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