La sesión solemne al igual que el show musical que se transmitirá de manera virtual son los principales actos con los cuales la provincia de Santa Elena celebra este sábado 7 de noviembre de 2020 un aniversario más. Son trece años de provincialización que cumple esta región con alrededor de 290.000 habitantes, pero, por relatos y leyendas, se establece que es una de las más antiguas del país.

Los Colonchis dominaban la parte central de lo que hoy es la parroquia Colonche, cuyo nombre es en honor al cacique.

Baltacho estaba al frente de los pueblos que se asientan en el interior de la cordillera Chongón-Colonche en la montaña que atraviesa la Península, mientras que Tumbalá fue el gran líder del sector sur, según explica Lascano, quien, en charlas y disertaciones, expone la historia de los pueblos peninsulares.

CULTURAS

La riqueza cultural que posee la provincia de Santa Elena es única. En 1956, el investigador Emilio Estrada Icaza descubre restos arqueológicos de la cultura Valdivia en la población del mismo nombre asentada al norte de Santa Elena. “Allí es cuando las teorías que conversaban nuestros ancestros tomaron la importancia debida”, refiere Félix Lavayen, de la Casa de la Cultura santaelenense.

Lo descubierto por Estrada motivó a la arqueóloga norteamericana Karen Stother a viajar a la Península para efectuar estudios. Ella descubrió, en 1970, que Las Vegas es una cultura precerámica, que existió mucho antes que Valdivia.

“Ella vino a hacer su tesis doctoral y se quedó maravillada por los yacimientos que encontró”, dijo el arqueólogo peninsular Érick López, quien laboró con la extranjera.

López, autor de varios libros sobre la historia peninsular, manifestó que con los trabajos científicos desarrollados fundamentan que las culturas más antiguas del Ecuador estuvieron asentadas en lo que ahora es la provincia de Santa Elena.

MANTIENEN TRADICIONES

Una de las costumbres remotas que se tiene en la Península es el velorio a los santos en las fiestas patronales. Llevan la imagen a las viviendas de los devotos para los actos de agradecimiento. En las poblaciones asentadas al pie del mar también se incluyen recorridos náuticos.

También mantienen la denominada “mesa de muertos” que sirven los días 1 y 2 de noviembre de cada año y en cada una de las casas comparten la comida y anécdotas de quienes partieron al más allá.

“Hay muchas cosas que aún conservamos y estimo que no se van a terminar nunca, es la identificación nuestra gente”, comentó el escritor Luis Coronado. (JL)